True love has no kind

Lo encontre

🙅🏼‍♂️

El cariño que le tenía a Eiji, no solo fue creciendo con el pasar de los días, estaba profundamente enamorado de él y no sabía qué hacer para revertirlo. Ash sabía muy bien que, lo que sentía era un amor correspondido, no había más que una amistad pura y sincera de parte del tritón.

En el corazón de Eiji no existía espacio para nadie que no fuera Aiden y eso lo mataba lentamente, la palabra amigo sonaba tan amarga. Odiaba ser visto solo así, tenía que resignarse. 

Un mañana como cualquier otra se había se había levantado tarde, nada novedoso, al salir de su dormitorio se encontró con su abuelo y madre en la sala conversando nuevamente con el señor Azuma, esa era la rutina que habían tomado los adultos, no le daba importancia a lo que conversaban, hasta que nuevamente en su tema de conversa se sentó en "la sirena".

—Nuevamente con eso señor Azuma —bufo su madre, a ella no le gustaba el tema de la sirena.
—Pero es cierto Bárbara-San. —Sus ojos se posaron en el otro anciano—. Ya te lo había dicho William-San, los vecinos están muy preocupados porque la sirena dejó de cantar.
—En verdad creen en eso —La mujer rueda los ojos, no creía que un montón de personas le presten atención a los cuentos de hadas, como lo era el de la sirena.
—Bárbara cariño, no es bueno que juzgues las creencias de los demás —regaña el anciano a su insolente hija.
Ash le interesó el tema, quería saber porqué siempre los vecinos tenían el tema de la sirena en la punta de la lengua.
—Señor Azuma. —Llamó captando la atención de todos los presentes.
— ¡Oh, sí Aslan! —exclamó sorprendido, era muy raro que el rubio quisiera hablar con él. 
—¿Es malo que la sirena ya no cante en las madrugadas? —pregunto, eso le intrigaba desde hace varios días, pero no encontraba el momento ni persona para preguntar.
—Si Aslan. — El rostro del señor se transformó uno muy preocupado—. El canto de la sirena atraía a los peces,  cosa que los pescadores le agradecen, y no sólo eso su canto mantiene al rey del océano tranquilo.
—¡Rey del Océano! —Se sorprende.
—Eres muy joven para saberlo pero antes de que tú o tu madre nacieran, esa playa era muy conocida por ser donde muchos nadadores y buceadores expertos se ahogaban. —Posó su mano en su mentón—. Según la leyenda, se dice que al rey del océano nunca le gustó que los humanos se metieran en sus aguas y por eso los ahogaba.
—Por Dios —La mujer presente rueda los ojos, le parecía estúpido todo lo que decía el otro.
—Pero desde que comenzó el canto de la sirena las muertes por ahogamiento cesaron, cosa que todos agradecieron. —Juntó sus manos con intención de hacer una plegaria.
—Señor Azuma. —habló de nuevo el rubio.

Ash no quería hacer la pregunta que le estaba carcomiendo la cabeza, al escuchar todo lo dicho por William, pero tenía que hacerlo se lo había prometido a Eiji, lo ayudaría a encontrar a Aiden así sea lo último que haga.
—Dime Aslan. —Su mirada estaba fija en el rubio.
—¿Usted conoce a alguien llamado Aiden?

Azuma estaba por responder, pero Bárbara lo interrumpe dándole un golpe en la cabeza.

—Pero qué te pasa vieja bruja —grita furioso 
—Serás idiota Aslan. —Su mirada se mostraba fastidiada—. Como se te ocurre preguntarle al Señor Azuma si conoce a Aiden.
—¡Que tiene de malo preguntar!.
—¿Que eso fue grosero? —Coloca sus manos a la cintura—. Así estas demostrando lo poco que aprecias a tu abuelo.
-¡¿?!
—Aslan —suspira sin ganas—. El nombre de tu abuelo es Aiden.
—!¿?!

El rubio gira rápidamente su mirada hasta donde se encuentra sentado su abuelo, cuando la mirada de ambos se encontraron Ash se dio cuenta de algo muy importante.