-¿que tal fue la fiesta?
-estuvo bien, nada del otro mundo- dije encogiendome de hombros.
-no te creo.
-que si, de verdad. Fue de estas normalitas, nada del otro mundo. Ahora si, Nora y Alejandro se lo pasaron bien- alcé las cejas mirando a Amira, que estaba con la boca abierta. Ya se habría imaginado de que estaba hablando.
-¿y tu?- me preguntó
-¿yo que?
-¿no te has morreado con nadie?
-que va- dije riendome.
-eres más falsa que las promesas de los políticos. Anda, dime la verdad.
Por un momento pensé en Joana. Estuve apunto de besarme con ella por culpa del alcohol.
Aunque en realidad no bebí.
-de verdad, no me he morreado con nadie- Amira me miró con una sonrisa pícara y yo le di un empujoncito, haciéndole tambalear.
Llegamos a un bar que nos dijo Viri, para quedar y hablar sobre la excursión de fin de curso. Aunque siempre nos íbamos por ahí y nunca hablábamos sobre el dinero o a donde iríamos.
Abrí la puerta y pude divisar a Eva y Viri, hablando animadamente y mirando el ordenador.
-ya hemos llegado- dije llamando la atención de ambas.
-tia, hemos encontrado algo que Os va a encantar- gritó Viri
-¿disneyLand?- pregunté a boleo.
Viri paró en seco y miró a Eva con el ceño fruncido.
-Eva joder, que era una sorpresa.
-pero si yo no he dicho nada- se defendió.
Ay, pobrecilla.
-que lo he dicho a boleo, tía.
-ah, pues perdón Eva, pero ahora en serio, venid ya y mirad el precio, hemos encontrado un medio de transporte super barato- Viri me llevó a la mesa y me sentó en una silla. Miré a Eva con los ojos abiertos, respondiendome con una risita mientras subía los hombros- mirad chicas- señaló al ordenador.
¿60 pavos la Puta entrada a disneyland?
-¿60 pavos?- preguntó Amira
-40. Siendo menores de edad- miré a Amira que hizo un gesto con la boca volviendo a mirar el ordenador.
-ni tan mal ¿eh?- dijo Eva cruzada de brazos y con una sonrisa.
-y mirad los hoteles. 20 euros cada una por 2 noches.
-¿vamos a estar sólo 2 noches?- Viri resopló divertida y negó.
-ni de coña. No vamos a poder ver París entera en dos días. Vamos a estar una semana. Que serían 50 euros el hotel.
-oye, esta bastante bien. Yo fui una semana a Francia y los hoteles costaban 100 pavos la semana- dijo Amira. Yo asentí.
Giré la cabeza hacia la entrada al oir una moto pitar afuera. La chica que no podía distinguir se despidó con la mano y entró al bar.
Al saber quien era la chica misteriosa de la moto, miré a Eva, que estaba jugando con sus dedos sin mirar al frente. Levantó la mirada de sus dedos y me miró. Fruncí el ceño y ella miró a Nora y después a mi.
Abrí la boca.
El chico que le gustaba a Eva no era un chico, si no una chica y esa chica era Nora.