Parte 2

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–Bu... buenos días, bienvenido, ¿qué va a ordenar, señor? –Su voz sonaba extraña, cortada, casi temblorosa como sus manos que se aferraban a la libreta y el lápiz para anotar las órdenes. Su rostro ardía en vergüenza y Kibum podía sentirlo claramente. Pero qué más podría hacer si la persona que le gustaba estaba ahí sentado frente a él tan hermoso como siempre.

–Buenos días, Kibum. Un capuchino y una rebanada de pastel de carne, por favor –La sonrisa de Jonghyun era mucho más amplia que en cualquier ocasión anterior, se veía hasta infantil y eso le volvía débiles las piernas al mesero. Lo que el moreno no sabía era que decir el nombre del rubio hacía a éste ponerse aún más nervioso.

–En seguida, señor –Kibum no podía ni mirarlo a la cara, sólo fingía anotar algo en la pequeña libreta, pues por esos segundos había olvidado incluso cómo escribir. 

Con las mejillas más rojas que un tomate, se dispuso a ir a su labor, pero el muchacho golpeó discreto dos veces sobre la mesa, llamando su atención.

–Y una cosa más –Levantó la mirada cual cachorro listo para pedir algo –¿podrías venir a charlar conmigo cuando tengas un tiempo? Es aburrido desayunar solo.

–... Sólo si tengo tiempo –Si Kibum pudiera gritar en su lugar de trabajo, definitivamente lo hubiera hecho. Estaba feliz, jodidamente feliz.

Fue rápidamente a servir la orden, y de la misma manera atendió al resto de clientes porque en serio quería hablar con el hombre bajo. Cuando se vio desocupado, giró su mirada al moreno quien desde la mesa del fondo ya le miraba y volvió a golpear suave en su mesa atrayéndolo casi como si le tuviera hipnotizado.

–Buen chico –Jonghyun le sonrió con una ternura que causó un revuelo en el pecho del rubio. Y es que el mesero no recordaba haber sido así de feliz antes, era una emoción nueva ya que prácticamente era su primer amor. 

–No me trates como a un perro –Kibum frunció los labios echándole una mirada casi retadora pues intentó mantener su personalidad rebelde pese a que su sonrisa delataba su alegría.

–Jamás. Sólo quería agradecerte por lo de ayer. Tu mensaje alegró mi día.

Y toda la charla fue así, Kibum haciéndose el rudo mientras Jonghyun no paraba de dedicarle palabras dulces que le tenían en las nubes. Ese fue el simple inicio para una amistad en la que el moreno no paraba de halagar y apreciar la presencia del rubio en su vida. Aunque el rubio entendió con el paso de los días y de sus paseos juntos que nada de eso había sido coqueteo, Jonghyun sencillamente era un hombre amable con todos a su alrededor. Era igual de tierno y cortés con todos por igual. Sólo era su naturaleza y Kibum era otro amigo en la lista, nada más.

Al menos hasta que hiciera su siguiente movimiento, porque ni loco iba a perder la oportunidad de tener a ese chico como su primera pareja oficial. Porque tampoco podía negarlo, su amor platónico no era sólo por el seductor perfil del chico, o por su varonil porte que destacaba entre cualquier grupo de hombres. Jonghyun era atento, agradable, divertido y caballeroso hasta parecer el hombre de sus sueños.

Así, a un par de meses luego de comenzar a ser amigos, una noche Kibum lo citó para ir a ver una película. No era la primera vez que irían al cine pero era aquí cuando comenzaban las indirectas porque le haría saber a Jonghyun que era gay y que tenía segundas intenciones con él, ya era tiempo. Su técnica con otros hubiera sido lanzarse a sus brazos y dejar que le follara a su gusto, pero sabía que con el moreno eso no funcionaría. Se acercaría pero tampoco había que ser descarado. Primero le invitaría a ver una película con temática LGBTQ, incluso si era lésbica no dejaba de ser la primera manera de hacerle entender.

La noche era hermosa, había nevado algo pero no lo suficiente como para cancelar la cita. De pie frente al cinema, el corazón de Kibum estaba tranquilo mirando el cielo oscuro y las luces amarillas en las calles. Había arreglado su cabello más de lo normal, su piel se notaba un poco más pálida por el frío pero su nariz enrojecida le daba un toque adorable; llevaba encima una gabardina gris algo ceñida al cuerpo, un pantalón blanco y sus más bonitas botas para la nieve. Además, el pueblo le parecía casi una bella pintura antigua, la escena era hermosa y se puso mucho mejor cuando vio a Jonghyun aparecer a lo lejos.

La sonrisa que le dedicó mientras caminaba hacia él arreglándose sus rebeldes cabellos, disparó el corazón del mesero. Sus mejillas un poco rosadas hicieron que quisiera esconderse, pero tan pronto el chico estuvo frente a él, una sonrisa embobada apareció.

–Buenas noches, Kibum, ¿ya compraste los boletos? –El moreno intentó sacarlo de su ensoñación pero el rubio no respondió –¿Qué ocurre? ¿te sientes mal? ¿estás enfermo? Te ves muy rojo.

–¡No! –El rubio sacudió la cabeza mirando hacia la puerta del cine haciendo que Jonghyun se encaminara a él. Pero Kibum fue más rápido en tirar de la gabardina negra del moreno –¡Espera! Ahm... la película que quiero ver se llama "Love Like Oxygen", ¿la conoces? ¿viste el tráiler?

–No, no tengo idea, pero vayamos adentro que está haciendo frío y...

–Es sobre dos chicas... –Kibum susurró avergonzado, no sabía qué hacer pero ya estaba soltando todo ahí –... que están enamoradas.

–Oh, ¿es de romance? –El chico bajito no entendía cuál era el problema y eso de alguna manera irritó a su acompañante.

–¡No! Quiero decir, ellas están enamoradas... una... de... ¿la otra? –Su voz se fue apagando al ver la expresión confundida de Jonghyun. Tal vez no debió, tal vez se había apresurado.

–... Por eso, es de romance –Afirmó Jonghyun mirándole aún sin entender. Y esa corta afirmación causó miles de cosas en Kibum quien ahora le miraba con montones de ideas emocionantes y felices en su cabeza. Se estaba llenando de tantas esperanzas que su boca comenzó a moverse antes de que él pudiera pensar en algo.

–¿... No te molesta?

–¿Qué cosa? ¿Las películas románticas? No, al contrario, son mis favoritas aunque a veces termino llorando.

–No, me refiero a las películas sobre amor... entre personas del mismo sexo...

–Uhm, no, no me molesta, creo que son muy bonitas. Además, soy bisexual.

Y esa fue la gota que derramó el vaso. Porque Kibum no tenía mucho autocontrol, no cuando se trataba de Jonghyun. Lo quería, lo deseaba locamente y esa revelación destrozó todo por lo que Kibum había trabajado hasta ese día, porque su boca de nuevo se le adelantó.

–Entonces... ¿aceptarías salir conmigo? –Los ojos de Jonghyun se abrieron de par en par, porque esa pregunta no se la esperó, porque la expresión desesperada del rubio que se aferraba a su ropa le dijo que no era una broma. Porque Kibum parecía estar a punto de llorar y ni siquiera eso le hizo dudar en su respuesta.

–No puedo, Kibum, lo siento.

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⏰ Última actualización: Apr 23, 2019 ⏰

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