Capítulo 2: ESE DÍA

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 Todo empezó una semana antes de mi cumpleaños. Estaba en clase de Historia de las Guerras, haciendo un trabajo con Kurt Summers, mi mejor amigo y confidente; cuando de repente y sin razón alguna, empecé a ver todo borroso. Kurt seguía haciendo el trabajo, pero cuando vio que me estaba masajeando las sienes, frunció el ceño:

-¿Otra vez está pasando?- Me dijo mientras cerraba su libro

-Si... eso parece.- Dije con dificultad. El dolor de la cabeza iba aumentando. Esto no me ocurría con frecuencia, pero las pocas veces que sucedía, Kurt y yo sabíamos que nuestros secretos se ponían en peligro.

-Tenemos que salir, ¿Por qué justo ahora, idiota?- Note que estaba realmente molesto. No lo había visto así en meses.

-Solo cállate y salgamos de aquí.- Le dije.

Kurt puso los ojos en blanco por unos momentos, se levantó y me tomo del cuello. En un segundo pasamos de estar en un salón lleno de gente a estar cerca de un edificio deshabitado.

-Vamos, has lo que tengas que hacer y regresemos.- Me dijo mientras abría un chicle.

SUPERVELOCIDAD. Esa era la habilidad de Kurt. Bastante útil en realidad. Y mientras yo seguía en el suelo, lo vi por unos momentos. Kurt no era alto, pero si guapo y fuerte. Las chicas siempre se estaban peleando por él, pero a él no le importaba. Siempre estaba serio, concentrándose en sus estudios y en su familia. Tiene a su hermano menor y a su madre. Los conocí hace tiempo, son buenas personas. Mientras tanto, a mí me seguía doliendo la cabeza más y más. Estaba sobrecargado. Es como cuando dejas tu teléfono conectado durante más tiempo del que debería. Yo era como una batería humana.

Camine hasta estar a pocos pasos del edificio y cerré los ojos. Mi pulso se estaba acelerando cada vez más. Me puse firme y abrí mis ojos rápidamente. Normalmente tenía mis ojos de un color café claro, color mierda como decía Kurt. Cuando los abrí, estos se habían tornado en un color cercano al naranja. En mis manos había bolas de energía. Un aura llameante salía de mi cuerpo. Lance bola tras bola de energía hacía el edificio. Cada vez que una de ellas hacia contacto con algo sólido, estallaba. Después de un rato, respiraba agitadamente, mi corazón se sentía como si fuera a salírseme del pecho; estaba exhausto. De mi cuerpo dejo de salir el aura y mis ojos volvieron a su color normal.

MANIPULACIÓN DE ENERGÍA. Esa es mi habilidad. Me senté en una roca que estaba detrás de mí. Del edificio no quedaban más que escombros llameantes. Kurt seguía mascando su chicle cuando se dirigió a mí:

-¿Terminaste?- Me dijo alzando una ceja.

-Eso... parece... El aparato que me dio Abi... no debe estar... funcionando bien.

-Muy bien, si ya terminaste, debemos volver. Quiero terminar el trabajo, después iremos con Abi ¿Entendido?- Me miro como si estuviera regañando a un perro por hacer del baño en donde no debía. Así de rara es nuestra amistad.

-Está bien, como si importara tanto la escuela en este mundo de mierda- Dije poniendo los ojos en blanco y sonreí.-Pero ahora iremos a mi paso. A un paso normal.

-Olvídalo, odio ir lento. Prefiero adelantarme.- Sonrió y escupió el chicle.- Te veo en un rato, Tiago.

-De acuerdo, te alcanzare después.

Kurt dejo la sonrisa y volvió a desaparecer; en un par de segundos debería de estar en la escuela de nuevo. Yo me levante lentamente y empecé a caminar rumbo al edificio de la "Escuela". Estaba tan despreocupado que no me di cuenta de la chica que me seguía hasta que me sujetó por la espalda y me tapo la boca:

-Cállate y no hagas nada.

Claro, como si pudiera hacer algo con mi brazo doblándose cada vez más. En este mundo debes dormir con un ojo alerta. Tengo que reconocer que la chica era fuerte. Por suerte, no era la primera vez que me intentaban secuestrar. Con la mano que tenía libre sujete la muñeca de la chica y con un movimiento rápido, hice que fuera ella la que tenía el brazo en la espalda. Medí mi fuerza para no lastimarla. No soy muy robusto, pero tengo mucha fuerza y resistencia.

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