Ellos habían crecido en el mismo pueblo, en casas contiguas y familias con una gran amistad entre ellas de años y años. Como en una herencia de todo aquello, Luffy, Zoro y Nami se convirtieron en los mejores amigos. Y ni el tiempo ni las distancia p...
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Se dice que el amor cambia a las personas, ¿pero realmente es así? ¿Se puede poner al mismo nivel el convertirte en alguien más cariñoso y el dejar de ser un mujeriego? Si tengo que dar mi opinión, quien tiene la costumbre de perseguir una mujer cada semana no va a saber valorar como merece a una futura novia. Incluso es difícil imaginarse que sepa lo que significa el respeto en una relación.
Dicho todo esto, ¿cómo puedo asegurar que Zoro va a tratar a Nami con el cariño que merece? Sé que es un buen chico y se preocupa por los suyos, pero no quita el hecho de haber visto cómo trata a las mujeres desde que nos conocimos a través de Luffy y Franky. Quizá peque de desconfiada, pero no puedo evitar querer proteger a Nami de cualquier mal que le puede hacer. Al fin y al cabo, detrás de esa fachada de mujer resuelta, fuerte e independiente no deja de haber una chica en su último año de preparatoria. Aún no sabe cómo puede llegar a ser la vida...
Tal vez deba bajar al Campus Sur e ir a tomar un té con Brook. Él sabrá mejor que yo qué actitud tiene Zoro respecto a Nami. Sí, somos amigos, pero un hombre con esa sonrisa socarrona, esa mirada intimidante y aquellas cicatrices por todo su cuerpo ya revela que ha vivido una historia completamente diferente a la inocencia puntual de mi mejor amiga. Solo nos llevamos tres años y aun así puedo notar esa ilusión adolescente respecto al futuro que es tan truncada en tan solo un año fuera del nido. Solo hay que ver lo esquelético que ha quedado Brook tras perderse en el mundo de las tentaciones de la noche. Lo último que me gustaría sería encontrarme el cadáver maloliente de la chica tras consumir sustancias extrañas de las que no conocía los efectos solo por querer descubrir el mundo. No sería un caso tan raro; Yonji, uno de los hermanos de Sanji, había muerto tras ingerir Popper sin saber siquiera qué era realmente aquel líquido. Todo por ir de experimentado en un campo del que no sabía absolutamente nada. Podría decirse que fue justicia poética después de lo mal que se lo hizo pasar al pobre...
Nami, a diferencia del mellizo, es inteligente y no se deja influenciar por las modas ajenas, pero no puedo evitar fijarme en los ambientes sórdidos en los que se mueve Zoro. Además, por mucho que lo valore, no deja de ser una persona violenta y sexista que nunca ha tenido reparos en despreciar a cualquier conquista en cuanto se sintió satisfecho de ellas. Debe saber perfectamente todo esto en lo que no paro de pensar. Al fin y al cabo, se conocen desde hace muchos años por lo que nos han contado. Y a cada recuerdo que viene a mi mente menos entiendo cómo puede confiar que él sea un buen hombre en una relación. Para empezar, ni siquiera puedo asegurar que sean oficialmente pareja porque Nami siempre lo ha desmentido y Zoro solo se ríe de la pregunta. ¿Lo llevan en secreto? ¿Solo coquetean? No parecen ser los casos con lo libres que parecen cuando estamos todos juntos.
Mi amiga se dedica a corregirle, a burlarse, a coquetear hasta que él no puede resistirlo más y cae en sus bromas y juegos. Acaban acercándose peligrosamente y sus cuerpos no se separan demasiado. Pero no pasa nada más. Viajan a la deriva hacia el cuerpo del otro y luego regresan con la corriente. Nunca resulta algo incómodo o con tensión sexual no resuelta. Solo fluyen a través de lo que les piden sus cuerpos, sin preguntarse por la causa o la consecuencia de lo que hagan. Hasta podría decir que se ven tiernos juntos en esos instantes, pero sigo teniendo miedo por Nami.
Sobre todo cuando me da la impresión de que todo el interés que tiene Zoro por ella es algo transitorio y para pasar el rato. Al final, siempre lo encuentro mirando a Luffy con esa sonrisa embobada. ¿Cómo debo interpretar eso? ¿Nami solo es una excusa para tapar su homosexualidad quizá? De ser así, mis alarmas se disparan mucho más. Franky no deja de comentarme que no tengo que preocuparme por ellos y que se sabrán cuidar, pero mi propia amistad me hace temer por la vitalidad del corazón de Nami.
¿A qué juega Zoro? ¿Qué es lo que de verdad quiere? Por mucho que me intente perder en sus ojos negros —por lo menos aquel que todavía conserva sano— no comprendo la motivación de sus acciones. Zoro, ¿eres una persona digna de confianza como para estar con Nami o solo juegas con ella? ¿Qué debo pensar de ti si nunca contestas mis preguntas?
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