14. El nuevo misterio escolar

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Dos días transcurrieron desde el macabro hallazgo en el salón de la clase 2-3, y durante todo ese tiempo Haruhi Fukuhara no se había presentado a clases. Los rumores decían que fue llevada al hospital el día en que sus compañeros de clase la encontraron y que ahora se hallaba en su casa recibiendo algunas dosis de calmantes. Su mejor amiga, Fukune Hayashibara, hacía todo lo posible para calmar a todas aquellas almas curiosas, recurriendo a respuestas evasivas y manteniendo la discreción al límite. Tarde o temprano lo olvidarían, se decía, pero el hecho en sí permanecería vigente entre toda la clase durante mucho tiempo.

Alan, por su parte, se encontraba atento a las clases. Prestaba atención como un buen estudiante, aunque lucía desanimado y demacrado. Desde luego, no intentaba dirigirle la palabra a alguien que no fuera Kotori, y siempre se apartaba de todos a la hora del almuerzo, ya fuera quedándose solo dentro del salón o dirigiéndose hacia unas escaleras en el ala oeste a las que, misteriosamente, nadie se acercaba.

Durante todo ese tiempo, reflexionaba el joven, no se había presentado algún otro indicio de mejoría de parte de Chitose, aunque muchos de sus vendajes ya le habían sido retirados. Permanecía inconsciente, pero sus heridas sanaban a su ritmo.

Mientras tanto, por toda la escuela se hablaba del misterioso ser que ya habían visto dos estudiantes de la clase 2-3. Incluso se decía que acosaba a la clase entera. No obstante, a pesar de que los rumores eran muchos, y muy variados según aquellos que los contaran, no era algo demasiado grave como para que el personal docente y administrativo interviniera. De hecho, hasta el consejo estudiantil tildaba de fantasías todas esas habladurías, y como nadie había presentado ningún reporte significativo al respecto, lo pasaban por alto.

De cualquier modo, la tensión aumentaba en aquel salón de clases y nadie sabía lo que podía pasar en el transcurso de los días. Bueno, nadie lo sabía excepto Alan Perrish, el estudiante extranjero.

––Silencio todos ––solicitó el profesor a la clase––. Ahora pasaremos a Álgebra.

Algo de movimiento en la clase al cambiar de libretas.

––Se acerca la temporada de exámenes, así que procuren prestar atención a la clase de hoy. No quiero sentirme decepcionado de ninguno de ustedes.

Sin embargo, algunos estudiantes no le prestaban debida atención mientras daba su lección, como era el caso de Junichi.

Ya que se sentía satisfecho con sus calificaciones regulares, la clase parecía no parecía importarle mucho ese día. Estaba pensando en otra cosa.

––Oye, pon atención ––le dijo Sorata en voz baja al verlo tan distraído.

––No puedo. No se me queda nada ––respondió Junichi.

––Pues entonces no me pidas los apuntes mañana.

––Puedo pedírselos a Kazuto.

––Sabes que él no va a prestártelos tampoco por mucho que seas su amigo.

El maestro hizo una pausa para dedicarle un vistazo a los dos. Al ver que se acomodaban en sus asientos, continuó con la clase.

––Oye, Sorata, ¿y si ese espectro del que hablaban Aoyama y Fukuhara es en realidad el espíritu de un estudiante fallecido?

––No empieces ––respondió Sorata, mirándolo de reojo––. Casi nos metes en un lío.

––Sólo pregunto. ¿Qué tal si es alguien que busca venganza o algo así?

VermillionWhere stories live. Discover now