Capítulo 1

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Me despierto sobresaltada por el sonido estridente de mi despertador. La luz ya entra a través de las cortinas de mi habitación y tengo que cerrar los ojos un momento para acostumbrarme a ella.

Echaré de menos despertarme tarde y no tener nada que hacer en todo el día. Parece que fue hace un par de semanas cuando acabó el curso y me apena demasiado que solamente queden 15 días para volver a la misma rutina de cada año.

Finalmente, decido levantarme de la cama después de haber atrasado el despertador unas cuantas veces y de haber estado mirando el móvil unos 20 minutos.

Salgo de mi habitación tranquilamente pensando en las deliciosas tortitas de chocolate que haré para desayunar cuando escucho a mi madre hablar por teléfono con alguien.
Sigo caminando hacia la cocina y oigo como ella pronuncia mi nombre a la persona con quien habla.

La verdad es que no soy una chica demasiado cotilla, pero me pica la curiosidad y decido escuchar sigilosamente la conversación entreabriendo la puerta para observar a la vez a mi madre.
Está apoyada en una columna de la habitación y tiene el móvil pegado a la oreja. Primero permanece callada un rato hasta que la escucho volver a hablar:

-No. todavía no se lo he contado- sentencia con un tono de voz preocupado- Lo sé, cuanto antes lo sepan mejor, pero no encuentro el momento adecuado para hacerlo.-

Mientras hablaba se enroscaba un mechón de pelo en el dedo índice.
Me parezco mucho a mi madre por fuera, pero me gustaría parecerme mucho más por dentro. Después de todo lo sucedido con papá, sigue siendo una mujer fuerte e independiente y siempre sabe lo que decir en cada momento, a veces la envidio por ello.
Una notificación de mi móvil me saca de mis ensoñaciones.
Desbloqueo mi teléfono con el dedo pulgar y abro el mensaje de Ariana, mi mejor amiga.
Mierda, sabía que algo se me olvidaba. Debía acompañar a Ariana a hacer unos recados y ya llegaba un cuarto de hora tarde. Siempre me pasa lo mismo.

Me dispongo a girar sobre mis talones para vestirme rápidamente cuando me encuentro con la cara de mi hermano mellizo de frente.
-¡Joder Caleb!-digo con una mano en el pecho por el susto que me acabo de llevar-
-¿Que haces detrás de la puerta?- responde mirando por una pequeña raya la escena de la cocina-¿Espías a mamá?-
-¿Chicos?-pregunta una voz que sale de la cocina-¿Que pasa?-

Caleb y yo entramos lentamente a la cocina mirando la cara extrañada de mi madre.

-No pasa nada mamá, el estúpido de Caleb me ha dado un susto de muerte cuando iba a entrar a la cocina-
-No te hubiera dado un susto si no hubieses estado espiando a mamá a través de la puerta-
-¿Espiándome?-pregunta mamá por lo bajo soltando una risita.
Puesto que mi hermano no parecía dispuesto a preguntar por la llamada telefónica, me decidí a hacerlo yo.
-¿Con quién hablabas mamá? Parecías un poco agobiada.
-No era nada Leah créeme, ya hablaremos después, ahora tengo que ir a trabajar- dijo dándonos un beso en la coronilla a los dos- Hasta luego chicos-
-Adiós mamá- respondimos al unísono los dos
-Por cierto, he quedado con Ariana ahora mismo así que hoy te ocupas tú de hacer la comida y de despertar a Kayla y ayudarla a preparar su mochila para irse a casa de su amiga esta noche ,¡Buena suerte!- dije corriendo hacia mi habitación antes de que él pudiese oponerse.

Elegí unos pantalones cortos tejanos y un top color terracota combinado con unas bambas de color blanco que me encantaban. Y salí de casa prácticamente corriendo.

Dios mío Ariana me matará si primero no lo hago yo bajando las escaleras del metro de Nueva York tan rápido.

Cuando llego a la estación, corro hacia la puerta del metro, la cual estaba a punto de cerrarse. Miro el reloj, apresurada: la 13:27. Espero que Ariana no se enfade demasiado.
Ya dentro, me agarro fuertemente al asidero y me dispongo a esperar a mi parada.

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