Capitulo 6

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Una vez que la gallega estuvo en la terraza, pensó en porqué acababa de actuar de esa manera con Mimi. No iba a negar que mientras se rozaba con ella su bajo vientre sentia punzadas, si, se puso cachonda y no sabía porque. En la vida, literalmente, en toda su vida había sentido eso con una chica. ¿Que coño te está pasando Miriam? Replicaba mentalmente. 

- Ts guapa.- La granadina reclamó su atención. - ¿Quieres? - Le enseñaba una caja de tabaco.

- No gracias, no fumo.

Mimi se encogió de hombros. - ¿Te molesta el humo?- Miriam negó con la cabeza y sonrió. Ambas estaban apoyadas en el muro de la terraza de la discoteca. Y también ambas estaban calientes, muy calientes, aunque entre ellas no lo sabían. 

- Tengo mucho calor todavía.- Miriam empezó a quitarse del todo la chupa pero Mimi la paró.

- No te la quites que estás sudando y te vas a poner mala.- Si no hubiera alcohol de por medio, la situación hubiera sido al revés y Miriam no se descuidaria tanto por no resfriarse, pero ahora a ella le preocupaba otra cosa.

- No si mala ya estoy.- Murmuró muy bajito. ¿Porque había dicho eso?  Ni siquiera ella se conocía en esos instantes. Menos mal que Mimi no la escuchó.

Estuvieron unos minutos en silencio, Mimi observaba la noche, se veían algunas estrellas a pesar de las nubes que dominaban el cielo. Y Miriam la observaba a ella, no sabia porqué, pero no podía dejar de mirarla.

- ¿Vamos para dentro?-Preguntó la mayor dando una calada larga para terminar el cigarro.

- Vamos.

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Mimi creía que no iba aguantar mucho más. La del pelo rizado no paraba de bailarle a ella, anda que no tenia a más gente que solo quería rozarse contra ella. 

- Madre mía, se está luciendo.- Le habló Claudia, acompañada de la atenta mirada de las otras chicas, aprovechando que Miriam se había alejado hacía la barra en busca de un chupito.

- Uff no voy a aguantar más.- Todas rieron ante la desesperación de la granadina, que no quería actuar por si Miriam no es encontraba en su mejor estado mental sabiendo lo que hacía. Aunque tenia que admitir que siendo la hora que era el alcohol le debía haber bajado lo suficiente como para saber lo que hacía.

Miriam las llamó a todas con un gesto. Llegaron a donde estaba ella y vieron que había preparados seis chupitos, uno para cada una.

Se los bebieron poniendo más que alguna otra mueca. 

- Como quema.- Se quejó Mimi.

Claudia, Saydi, Dama y Monica empezaron a escabullirse volviendo al centro de la sala, dejándolas solas. 

Mimi se tensó. No porqué las chicas se fuera, sino porque notó como la rodilla de la gallega empezó a acariciar la cara interna de sus muslos hasta llegar a su punto débil. 

- Miriam....- se quejó

- ¿Qué?

- No juegues.

- No juego.- Sonrió pícaramente.

- ¿Vas bien?

- ¿Porqué tengo que ir mal?

- Porqué has bebido.

- Pero de eso hace horas, ya me bajó todo y el chupito ese no me afectó nada.

Silencio. Silencio porqué la rodilla de Miriam apretó con más fuerza la zona central de la rubia, ella bufó.

- Hasta aqui he llegado.- Perdió todo el autocontrol.

Mimi cogió a Miriam por la cabeza y por la nuca, acercándola a su cuerpo para fundirse en sus labios. Miriam dejó hacerse, por eso la granadina entró su lengua en la gallega. Se separó, la miró soplando y cogió su mano para atravesar la discoteca hasta llegar al baño que había en la parte trasera del local, el baño del personal de la discoteca. Abrió la puerta de par en par mientras la besaba y sentó a la gallega en el mármol del grifo sin dejar de hacerlo durante el movimiento. Se distanció para ir a cerrar la puerta, era un error dejarla abierta, lo hizo mordiéndose el labio y sin apartar la mirada de Miriam que esta respiraba agitadamente y repasaba a la granadina de arriba a bajo.

- Madre mía Miriam.- Volvía a acercarse a la del pelo rizado, la cual desesperadamente la cogió por la sudadera, tirando de ella para rodearla.

La encajó entre sus piernas apretándola contra sus muslos, mientras que sus bocas se peleaban en un beso intenso.

- Espera espera.- Miriam apartó a Mimi empujándola por el pecho.- Mimi yo...

- ¿Que nunca lo has hecho con una tía?

- No es eso. - Se abrochó la chupa y se levantó del marmol bajo la extraña mirada de Mimi.- Que...

-Que te arrepientes y no quieres hacer nada, típico.

- Mimi lo siento, nosé que me pasa

La mayor resopló, se dió media vuelta y salió por la puerta para ir hacía la parte pública de la discoteca.

Pero algo la detuvo en ese camino poco iluminado. La mano de miriam atrapó su brazo con fuerza haciendo que la granadina girase sobre su propio cuerpo. La gallega atacó sus labios desesperadamente mientras caminaba de espaldas para entrar de nuevo al baño.

- No me arrepiento, sé lo que quiero.- Se separó de sus labios para pronunciarlo pero al instante volvía a estar atacándola. 

- Miriam.- Fue la granadina la que se apartó.- No quiero que te veas forz- Se vió interrumpida por la mano de la gallega tapándole la boca.

- No me siento forzada.- Le cogió la cara y la besó con intensidad pero rápidamente, se distanció de ella para verla bien y tragó saliva.- Quiero sentirte.

Ante eso, la granadina solo tuvo una reacción. Cerró la puerta de una patada y empujó a Miriam hasta que chocó contra la pared que le quedaba a unos centímetros y la besó como nunca antes había besado a nadie. Las manos de la gallega cogían su cadera y su nuca cuidadosamente. Estaba sintiendo cosas que con ningún otro ser había sentido.

- Joder Mimi...- Logró decir

- Pero si no he hecho na'.- Chistó ante su desesperación. Cierto era que su manera de dominar la lengua en bocas era autentica, pero tenia otras técnicas.

Le desabrochó la chupa sin soltar sus labios, entró sus manos por debajo de la chaqueta acariciando su piel por la zona baja de las costillas mientras subía y se encontraba con la tela del brallette que llevaba la del pelo rizado.

- Me voy a morir.- Soltó cuándo se separaron para coger aire, Mimi por su parte sonrió y sacó una de sus manos para cogerle la cara por la barbilla e intensificar el beso, mientras que con la otra empezaba a acariciar su escote colando sus dedos en su pecho. Miriam soltó un jadeo involuntario. 

- Aquí no es buen lugar.- Logró decir a duras penas. Miriam estaba literalmente en una puta nube. Estaba cachondísima y sabía que Mimi no lo estaba menos. En la vida lo había hecho con una chica, ni siquiera besado, pero de momento no iba mal la cosa. Estaba segura que si en ese momento todavía tuviese el alcohol subido, lo habrían hecho en ese mismo lavabo. Pero no. La Miriam discreta y tímida se había apoderado de ella en un instante. Sabía que quería sentir a Mimi, sabía que ese no era el lugar, pero lo que no sabía era en qué momento se le pasó eso por la cabeza y porqué, pero estaba consciente y lo más importante, estaba decidida. Algo tenía Mimi para conseguir que Miriam estuviera sintiendo lo que estaba sintiendo esta noche.

- Vamos a mi casa.- Contestó la mayor.




Impredecible | ‪Miriam²‬Where stories live. Discover now