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"—Bésame.
—No. —Y luego sonrió—. Tú bésame a mí."

MinSeok sonrió embobadamente al leer esa última parte de uno de sus actuales libros favoritos.

Desde que SeHun —su mejor amigo— le comentó sobre su amor platónico hacia uno de los estudiantes chinos, él trató de comprender el amor desde el punto de vista de los escritores. Ver desde un corazón de piedra. 

Y no podía reprochar nada porque él nunca se había enamorado, y nadie se había enamorado de él. ¿Pero de que le pedía consejos? La mitad de la secundaria le pedían consejos amorosos.

Su fama por "el que salva tu relación" comenzó en un simple consejo que le dió a HyunAh para que sepa afrontar el problema que sus padres tuvieron con su enamorado,  HyoJong.

También con un compañero, YiFan, para que se atreva a dar el primer paso para declarar su amor hacia ZiTao, quién había sido su amigo desde tiempos remotos.

Pero él nunca había tenido un problema amoroso, y tampoco pensaba tenerlo.

Y en ese momento se encontraba con otro de su mejores amigos JunMyeon. Mientras que Min terminaba de leer, el otro le rogaba a Merlin que el profesor no revisará el trabajo, porque no lo había terminado.

—En conclusión, ¿me estás diciendo que no piensas terminarlo?

—Los magos no tienen la necesidad de terminar un trabajo cuando Merlin los puede ayudar.

MinSeok rodó los ojos. Por favor, ni cuando él leyó Harry Potter había sido tan idiota.

—Eres estúpido.

Avada Kedabra. —le respondió su amigo antes de golpear su cabeza contra la mesa de la biblioteca.

[...]

En plena clase de geografía, se dió cuenta de lo que explicaba el profesor no interesaba.

Porque, ¡vamos! Todo estaba en las guías que tenían, y él ya lo había leído. Pidió permiso para salir al baño —una vil mentira, por cierto— y se lo concedieron.

Mientras paseaba por los pasillos vio a un chico correr a toda velocidad, este no se percató de su presencia por lo cual, al pasar delante suyo hizo caer un par de hojas.

MinSeok las levantó y revisó un poco de ellas.

You shine like a star

You light on my heart

Era una canción, una canción muy bonita. Probablemente el chico se la iba a dedicar a su enamorada, o talvez se la daría y nada más.

Escuchó unos pasos y esta vez se escondió detrás de la puerta de un salón que estaba entre abierto.

—Espera un momento —escuchaba la voz del otro chico —¿Me estás diciendo que acabas de perder la canción que compusiste para BaekHyun?

Sí, ahora cállate idiota y hazme el favor de buscar mi declaración que la necesito.

Dijo unas cuantas palabras más y colgó. MinSeok no pensaba salir de su escondite, cosa que lo haría ver cómo un chismoso, pero también las hojas que tenía en mano eran de suma importancia —y como no, lo haría ver más metiche de lo que ya estaba siendo— pero ahí estaba, sin idea de lo que iba a hacer.

Pero el mundo está hecho de retos, ¿verdad?

—Hmm disculpa —murmuró levemente antes de salir de ese improvisado escondite —cuando salía vi a tu a-amigo correr y entonces se le calló esto y es lo que buscas, creo.

El estudiante era lindo, solo un poco más alto que él, con los pómulos definidos, el cabello de color castaño natural
y una hermosa sonrisa gatuna. Precioso.

—Gracias —respondió guardando en su bolsón lo que le había entregado —bueno, ahora tendré que correr para que mi amigo se le declare a mi otro amigo. ¿Tú qué opinas, salvador de relaciones?

MinSeok se sonrojó ante el comentario. No lograba acostumbrarse a que las demás personas sepan acerca de su magnífico historial de ayuda.

—Pues apresúrate, cuando ambos estén casados te la agradecerán.

—Espero que así sea, “Oh gracias JongDae, por hacer que nuestro amor sea eterno” —su voz fingida hizo que ambos rieran de manera leve.

F

ue entonces que a MinSeok le agarró su tic de agarrar la pulsera de Hufflepuff, lo hacía cada vez que el nerviosismo se apoderaba de su cuerpo. Esa pulsera lo calmaba de alguna forma u otra.

—Bueno, creo que me debería ir —susurró JongDae alejándose un poco —nos vemos luego.

Ambos adolescentes se dieron la espalda para ir cada uno por su lado.

—Por cierto —le llamó JongDae, sin darse la vuelta —me gusta tu pulsera, yo tengo una de Ravenclaw. También me gusta tu bufanda.

MinSeok volteó aturdido, y logró ver como el castaño daba saltitos mientras el daba vueltas a su llave, con el llavero de una espada; anaklusmus.

Ya sabían quienes eran.

Ya se habían encontrado.

Jelou, qué tal todo?
Ahre, que sigo con este capricho de escribir, pero bueno espero que les guste la parte segunda

ʚ Una Mirada Más ; chenmin ɞDonde viven las historias. Descúbrelo ahora