"Una historia para reencontrarse".
Itzel Marie Brown; pretenciosa, egocéntrica, segura y asquerosamente honesta.
Es una chica acostumbrada a estar rodeada de lujos, ir de shoppings con sus amigas y visitas a clubes donde no entran cualquier persona...
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...
—Ven, antes de llegar al taller te iré mostrando cómo son las mañanas en Rep. Dom.— propone Jeison tomándome de la mano.
—¿No te están esperando, Jeison?
—Ajá, pero no nos desviaremos del camino, además estamos cerca.
Asiento lentamente observando todo a mi alrededor. Muchas personas transitan por las calles a estas horas.
—Mira eso de allí es un colmadito, ahí venden de todo lo que se pueda vender— señala con su índice un pequeño local a una esquina, repleto de personas.
—Como que hay mucha gente a estas horas de la mañana, ¿No?
—Personas que van a trabajar, carajitos que tienen que ir para la escuela, viejas haciendo sus compritas para la hora de cocinar, créeme ahora es cuando menos gente hay— explica mirando al frente.
—¿Carajitos?—cuestiono tratando de hacer mente si he escuchado esa palabra antes, pero no.
—Carajitos, niños, críos, diablitos, muchachitos, engendros de Satán, tu sabes— hace ademán con la mano restándole importancia.
—¡Detente!— el cesa su caminar junto al perrito y me mira extrañado. Tomo mi libreta de los bolsillos de mis shorts y le hago señas para que se acerque—. Inclínate y sostén tus manos de tus rodillas— ordeno. El frunce el ceño hasta que divisa lo que tengo en manos y obedece sonriendo.
Me apoyo de su moldeada, pero no exageradamente ancha espalda—todo sea dicho— como si fuese un escritorio y anoto la nueva palabra del día antes de que pueda olvidarla.
—Carajitos: — murmuro mientras voy escribiendo con la pluma que estaba dentro de la libreta—. Listo.
Jeison se incorpora y retomamos la caminata.
—Me gusta— dice.
—¿Qué?
—Tú.
—¿Qué?
—¿Qué?
—¡Jeison!
—Okay, okay— se ríe— me gusta esa idea tuya de hacer un diccionario dominicano.
—Ah, es la única manera de retener toda sus palabrerías raras.
—Que muy pronto tú usarás—espeta muy convencido.
—¡JA, JA! ¿Yo hablando con jerga dominicana? Sí, eso no va a pasar— siento divertida.
