Capitulo 4: La Medicina Causa Alucinaciones

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Ahh
Mmm
oww
¡que lindo campo de flores! cuantos colores y variedades habían en un solo lugar y bailan para mí. Ya me sentía la reina y todo.

Oh y esos círculos de colores....... Eran muy bonitos pero al fijarme en ellos por varios segundos mi vista fallaba.

Un maldito pitido hacia que me des concentrara ¿porque arruinas mi momento feliz?

Abrí mis ojos lentamente y me di cuenta de que era un sueño, tan lindo sueño de flores y circulitos. ¿Pero dónde estaba? ¿Porque estabaacostada?, levante un poco la cabeza para quedar a nivel y ver lo que estaba ocurriendo.

Santo padre.

De repente sentí la mano de Erich -digo mi jefe- a mi lado, tenía el ceño fruncido lo que hacía que se viera extremadamente sexi, desvié la mirada y, me di cuenta que estaba en una habitación de hospital y con una vía en mi brazo...

-¿me puedes decir porque estoy aquí?- pregunte a mi jefe un poco irritada.

-te desmallaste después de que hablaste con Ana- se sentó en el taburete que estaba al lado de la cama con la seguridad de siempre. Aunque debía admitir aunque fuera a regañadientes, que no actuaba como un tonto- y como no reaccionabas te traje aquí.

Sentí que mis mejillas se calentaban por el rubor que tenía que tener extendido en toda la cara, me imaginaba lo raro que podría a ver sido eso y seguro tuvo que llevarme en brazos... una parte de eso me hacia sentir bien, otra a vergonzada, esperaba que no tomara ventaja de mi estado.

Dejando eso de lado aún no sabía la razón para estar aquí, queme algunas neuronas y aún así no logre recordar nada más que haber entrado a la oficina de mi odioso jefe.

-sr Smith ¿tiene usted idea de lo que pudo ocasionar que esto pasara? -pregunté tratando de no morderme la lengua.

-¿en serio no lo recuerda?- su mirada cambio de seriedad a pena. ¡Ah no, eso sí que no!

Iba a responderle que no cuando recordé la llamada de Ana y que me había dicho que nuestro edificio de había incendiado y que ya no tenemos casa... si cierto eso era estamos sin casa.

Espera un segundo.

! ESTAMOS SIN CASA!

¡oh Dios mío que haremos ¡Y no menos importante ¿como estará Ana.?

Rápidamente intente levantarme pero el agarre de m jefe se hizo más fuerte en mi brazo haciéndome sisear.

-¿pero qué hace? suélteme, tengo que ir con Ana- estaba tratando de apartar su enorme mano. Sin mucho resultado obviamente.

-No puedes irte hasta que aparezca el doctor y te dé el alta- respondió el haciéndose el sabiondo.

- Pero Ana me necesita-insistí sin tomarle responderle mordaz mente- ella está sola justo ahora y seguro preocupada porque no he ido. Pensará que me ha pasado algo de camino.

- Debes tranquilizarte, después de traerte le dije lo que paso y me dijo que su novio la ayudo con algunas cosas y que se quedarían allá mientras tanto- se levanto de la silla caminando hacia la puerta. Levantó la mirada hacia mí fulminandome al momento- de todas maneras iré por el doctor, no intentes nada.

Malote.

Asentí y el salió de la habitación, nunca se me hubiese pasado por la mente la idea de que mi insignificante jefe pudiese ser buena persona en muy pocas ocasiones, pero aun así seguía inquieta y la idea de ir al departamento de Daniel para vivir allá mientras encontrábamos otro no se me quitaba de la cabeza, espero que todo saliera bien. 

El odio, mi jefe y yo # BRUSSO2k172Donde viven las historias. Descúbrelo ahora