Capítulo 24

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Las cosas se estaban saliendo de control.

Todo el mundo estaba de arriba a abajo, adornando, modificando y gritando.

La boda era ese día.

—Rhodey... Siento que voy a desmayarme. —El castaño, de manera dramática, se sostuvo del moreno.

Éste sólo rodó los ojos.

—Tony, si sigues haciendo eso, sólo preocuparas al Capitán. —El genio hizo una mueca.

—No es mi culpa tenerlo de sol a sombra.

En esos últimos días, Steve se había mostrado más sobre protector. Siempre mantenía su vista en el Omega y cada que podía, lo jalaba a sus brazos y no lo soltaba.

—Tony... Tienes que ponerte el traje. —Nathasa lo guió a la recámara, dejándolo solo y con los nervios a tope.

—Bien, calma, Tony, no pasa nada... —Trató de inútilmente entrar en confianza—. ¡Demonios, voy a casarme!

—Y conmigo. —El rubio lo miraba divertido en el marco de la puerta.

Tony carraspeo incómodo.

—¿No deberías cambiarte? —Preguntó mientras levantando una ceja.

—¿No deberías estar feliz? —Rebatió el rubio, quien camino para tomarlo de la cintura—. Te extrañe.

—Estoy feliz, nervioso, pero feliz. —Sus manos rodearon el cuello de su soldado—. Sólo han sido dos horas y 27 segundos... Ahora 28.

Steve lo beso.

Él también estaba que se lo comían los nervios; además, no podía estar mucho tiempo separado de su Omega.

No ahora.

—Me casaré con el Capitán América. —Se recordó el castaño en cuanto sus labios fueron liberados—. Mierda, soy tan afortunado.

—Lenguaje.

—Aburrido. —Ambos se sonrieron.

Con un beso en la frente, Rogers tuvo que dejar solo a su prometido, no sin antes decirle lo inmensamente feliz que era y cuanto lo amaba.

"Tu papi me matará". Steve sonrió divertido, pensando que su cachorro lo escucharía.

Esperaba estar casado antes de que Stark se enterará.

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