Juventud.

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20 de septiembre de 2019.


HARRY.

—No tienes nada de ropa para ocaciones como esta —dice Abby concentrada buscando dentro del armario—. Es tu oportunidad para dejar de ser un solterón Harry.

—No lo sé, mi encanto natural se desvaneció apenas entré a la universidad —me encojo de hombros y hago una mueca—. Además, odio ver a Louis coqueteando con todos esos chicos, ya es insoportable no poder decirle que me gusta...

— ¡Finalmente lo tengo! —vocifera y arroja un par de prendas a la cama—. Quizá cambiando tu estilo, Louis al fin decida invitarte a salir.

— ¿Qué tiene de malo como me visto? —pregunto con el ceño fruncido mirando mi atuendo—. Y no quiero ser negativo, pero no creo que eso funcione.

Abby rueda los ojos con fastidio y se acerca a mí para darme un golpe en la cabeza. Suelto un quejido y llevo mi mano a donde me ha dado el golpe, golpea más fuerte de lo que pensaba. Toma el conjunto de ropa y me lo entrega. 

—No creo que una fiesta de Troye sea el lugar adecuado para invitar a salir a Louis... —murmuro por lo bajo esperando no recibir otro golpe de parte de Abby.

—Al menos inténtalo, ¿okay? Llevas más de dos años enamorado de él, dudo que exista un momento perfecto —se encoge de hombros y sonríe—. Ve, diviértete, embriágate como nunca y no olvides usar condón. —dice antes de salir por la puerta.

***

"¿Qué tan malo podía ser?" Siempre me hacía la misma pregunta, para diferentes cosas, desde un examen de cálculo hasta una ridícula fiesta fuera de control. Me repetía una y otra vez que nunca lo sabría si no lo intentaba. Y así era como terminaba arrepintiéndome de haber tomado esa estúpida decisión.

— ¡Bebe, bebe, bebe, bebe! —gritan todos al unísono mientras Louis bebe a través de una manguera que sale de un barril de cerveza.

Como dije, siempre pierde el control, en especial cuando está ebrio. Pues la mayoría habían bebido de más y los restantes ya estaban fumando marihuana. Troye está en medio de la improvisada pista de baile con un micrófono en sus manos, cantando en el karaoke y arrastrando un poco las palabras.

— ¡Es hora de siete minutos en el cielo! —grita Troye para después dejar caer el micrófono sobre el piso—. Y ya que Louis se la está pasando bien, ¿quién tendrá el privilegio de entrar al armario con Tomlinson?

Ya era difícil para mí verlo coquetear con otros chicos, y ahora va estar siete minutos encerrado con cualquier persona al azar. Se forma un circulo de personas al rededor de la sala y Jacob deja la botella de vodka vacía en el centro del circulo. Troye mira al rededor hasta que finalmente sus ojos se encuentran con los míos, camina hacia mí y sujeta mi mano con fuerza uniéndome al juego.

No éramos muchos, sin embargo, sería casi un milagro que la botella me apuntara a mí. Incluso aceptaría que señalara a Troye, ambos son buenos amigos, pero sé bien que no harían nada. Louis sonríe ampliamente tomando la botella y girándola velozmente. Y lo que pensé menos probable, ocurre. La boca de la botella apunta en mi dirección.

Todos a mi alrededor me miran mientras hacían ruidos con la boca. Odiaba ser el centro de atención, y Louis estaba lo suficientemente ebrio como para avergonzarse. Troye se levanta de su lugar y nos empuja a ambos dentro de un pequeño armario que está debajo de las escaleras.

— ¡Recuerden que solo son siete minutos! Si necesitan más tiempo, hay muchas habitaciones arriba —dice Troye del otro lado de la puerta.

I'll be there for you.Where stories live. Discover now