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-No- gruñó Efrén con advertencia- No vas a levantarte de esta maldita cama.

-¿No?- inquirió Álvaro, incrédulo.

-No- gruñó una vez más Efrén- Vas a escapar de mí con esa maldita excusa, lo sé.

Inhala, exhala.
Inhala, exhala.
No caigas en la tentación, es sólo tu estúpido alfa posesivo en celo.
Pensó Álvaro apretando sus labios.

Quería soltarle un regaño y quizás un gruñido de advertencia también porque su alfa estaba siendo cabezota e irracional.

Él no había dudado de Efrén cuando pasaron el suyo juntos, entonces no entendía el motivo por el que él sí lo estaba haciendo.

-Alfa- comentó con suavidad, acariciando su espalda para tratar de tranquilizarlo un poco- Te prometo que sólo cerraré la puerta con llave y volveré aquí, contigo.

Efrén volvió a negar, haciéndole saber que no cedería ante su postura ni un poquito.

-Pues nada- refunfuñó Álvaro con molestia- Cuando abran esa maldita puerta y me vean desnudo espero que quede en tu conciencia.

-Álvaro...- le regañó el otro alfa.

-Me verán completamente desnudo y puede que hasta quieran unirse- insistió él- Y les dejaré que se unan, aún si tú no quieres.

Efrén se dejó caer a su lado, dejándolo libre de la pequeña prisión en la que lo había mantenido ese breve periodo de tiempo.

-Ve a cerrar esa maldita puerta- gruñó con molestia- Pero no te vayas, por favor. No te obligaré a hacer nada que no quieras-

Primer alfa que pide las cosas con amabilidad durante un celo. Increíble.
Pensó Álvaro, incrédulo.

-No me iré, alfa- susurró, dándole un pequeño beso- Confía en mí.

Mientras caminaba hacia la puerta, terminó de quitarse la camiseta. De vuelta a la cama se quitó los pantalones del traje, dejándolos bien acomodado en el suelo.

-Yo te quitaré el traje, ¿vale?- comentó con suavidad- Suficientes estragos has causado ya en el mío.

Efrén, aunque en un primer momento dudó sobre dejarlo hacer aquello, aceptó.

-Eres tan bueno, mi alfa- lo halagó con una sonrisa mientras le quitaba la corbata y la camisa- Siempre cumpliendo mis caprichos...- insistió, desabrochándole el botón del pantalón- El mejor.

Abrió los ojos de forma exagerada cuando fue bajando sus pantalones poco a poco y descubrió que su alfa no llevaba ropa interior.

-¿Dónde está tu ropa interior?- inquirió con algo de enfado- Quiero decir...- se corrigió a sí mismo- ¿Por qué no estás usando ropa interior?

Efrén resopló, pateando los pantalones al rincón más alejado de la habitación.

-Porque mi maldito pene estaba hinchado y dolía tener demasiada ropa con ese estúpido pantalón ajustado- respondió Efrén, haciéndole una señal para que se sentara sobre él- ¿Cuál es tu maldito problema?

-¿Qué cuál es mi maldito problema?- inquirió Álvaro, incrédulo- ¡Qué mi alfa tenía su maldito pene en celo resguardado únicamente por un maldito pantalón!

-Álvaro...- gruñó Efrén.

-¿Qué hubiera pasado si pasa cualquier cosa y tienes que quitártelos, eh?- insistió- ¡Podrían haberte visto desnudo!

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