La chica de las galaxias

19. Un techo lleno de estrellas

Me preparé para ir a casa de Seven, a pintarle el techo. ¿Por qué siquiera había accedido a su proposición? ¿había conseguido liarme, una vez más? De todas formas, solo era un techo, aquello no tenía ningún significado especial, solo que luciese bonito a sus ojos, ¿cierto? No era más que eso. Un proyecto a cambio de una mera transacción económica.

Me vino a buscar en su coche, con la excusa de que era demasiado peligroso darme su dirección por teléfono.

Seven:

Espera, pondré las pinturas en el maletero —afirmó, agarrando el material de mis manos.

MC:

Gracias.

Seven:

Jaja ¿vamos? ¡estoy emocionado!

MC:

Sí, ¿quieres ver el boceto que hice a mano alzada?

Seven:

¡Mejor no! ¡quiero que sea una sorpresa total jaja.

MC:

Está bien. ¿Te fías de mí? Podría pintar cualquier cosa allí.

Seven:

Pintes lo que pintes, estoy seguro de que me gustará, eres una diosa —esbozó una media sonrisa.

MC:

Bueno, tú lo has querido.

Cuando llegamos dejamos todos los materiales en el dormitorio. Ya se había encargado de cubrirlo todo para no ensuciar e incluso de instalar una especie de andamio con cojines incluidos, para que estuviera lo más cómoda posible.

MC:

Tu habitación es bastante amplia, voy a necesitar más de un día para cubrirlo todo.

Seven:

Jaja, eso solo me alegra más, quédate todo lo que consideres necesario, diosa.

MC:

Aún así debo volver a mi casa, Seven. ¿No querrás que me quede aquí a dormir?

Seven:

¿U-um? B-bueno, e-esto... tienes una cama allí —la señaló, y se rascó la nuca, algo avergonzado.

MC:

Sí, la tuya.

Seven:

Ugh, jaja, ¿tienes razón?

MC:

¿No será una trampa, verdad? Me da igual el dinero si tu plan secreto es que me acueste en tu cama.

Seven:

¿Y-yo? ¿q-quién ha dicho que tenga un plan? —sonrió con picardía.