Manual

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Ciudad de México, Mayo, 2019. 

-Estoy estancado

-¿Con qué?- Responde la chica mientras sigue comiendo sus gomitas y sin despegar su nariz del libro que recientemente adquirió. 

-Con la canción. Estoy completamente estancado. No me gusta, no me inspiro, no nada. 

El chico suelta un suspiro frustrado y pasa sus manos por su cabello rizado, despeinándolo en el proceso. Lleva semanas con lo mismo. Día, noche, da igual, no logra terminar la canción. A otros puede parecerle tonto, pero no a él. Diablos. Él es bueno en esto, se supone que la música es su vía, la única forma que encuentra de expresarse, su muy única galaxia, solo para él, solo que en esos momentos parece encontrarse sin nave espacial. 

- Aghhhh

Sin decir otra cosa, arranca la hoja de papel de la libreta y la arruga en una imperfecta bola que termina encestando en el bote de basura. 

- Los árboleeeeeees. Es la tercera libreta esta semana. - Dice la joven chica sentada junto a él, apenas mirándolo de reojo. 

-Soy una mierda para esto. Soy una mierda para todo y tú no ayudas mucho.

Finalmente la castaña cierra el libro y alza la mirada, colocando en su fino rostro una tenue sonrisa. 

- No eres una mierda, Emilio. 

- Ni iris ini miirdi Imilii.

Aquél comentario se gana la risa de su amiga. - Además, no es como que exista un manual.-Se acerca al rizado y pasa una mano alrededor de él. -Te va a llegar la inspiración. Tal vez así, sin esperarlo, como a mí me llegó la regla en mi competencia final de clavados.

-Fuiste como un pulpo nadando en su tinta. - Agrega Emilio, recibiendo un golpe en la nuca por parte de la contraria. - Auch. Azul Guaita, caes mal. 

- La única razón por la que sigues con vida es porque aún no se dónde escondiste ese video. 

- Tengo treinta copias. Buena suerte. 

Continúan charlando de temas triviales, ajenos a lo demás que ocurre en el patio de su escuela, la gente va y viene, ríe, una pareja de enamorados se besa en una esquina, un chico parece pelear por teléfono con su madre, otra más se toma selfies junto a un árbol. Una escena normal, en una preparatoria normal. Tan normal como que te golpee una pelota de lleno en el rostro. 

-¡Emilio! ¿Estás bien?

- Me acaban de golpear mi bello rostro. A la verga, no estoy bien, Amarillo. 

Frente a ellos, un individuo de su misma edad, intenta reprimir una risa. 

- No te rías Nikolas. Ayúdame a llevarlo a la enfermería. 

El susodicho voltea los ojos y se agacha a recoger su pelota. - Ya, ya, perdón tortolitos. 

- No somos...agh - dice Emilio mientras se sujeta el tabique de la nariz- ¿de dónde saliste?

- Estoy en todos lados - lanza su pelota al aire y la atrapa con facilidad - Sorpresas te da la vida. 

Y  vaya que te da sorpresas, una pelota no era lo único que iba a terminar golpeando la vida de Emilio.
Mientras aquél trío singular se aleja, otro más se acerca. 

.....

-Tomamos el departamento señorita. muchas gracias. 

La mujer abre un poco los ojos en respuesta a lo que el hombre le dice.

J04K0 (Emiliaco) TERMINADA Where stories live. Discover now