Capitulo uno

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Que lo disfruten...


El dolor era insoportable. En su mundo no existía otro momento que este agonizante instante, sufría de tanto dolor que lo primero que vino a su mente fue como poder acabar con su vida solo para dejar de sufrir, por un breve segundo incluso intento moverse en un intento de acabar con su vida, lo único que logró con tal acción fue otro súbito dolor insoportable que pasó por el como si fuera un rayo.

Su armadura estaba ardiendo, su carne estaba ardiendo y él se estaba cocinado vivo, quería respirar, pero lo único que entraba en sus pulmones eran llamas, quería toser, pero lo único que conseguía era incendiar su lengua y garganta, incluso sus agonizantes gritos eran apagados por la caída.

Sabía que estaba cayendo, desde que distancia, desde cuándo tiempo o hacia donde, no lo sabía, pero sabía que caía, la presión que sentía en su estómago se lo decía, y claro la llamas que lo envolvían y lo hacían parecer meteoro se lo decían.

Finalmente Issei Hyoudo se dio por vencido de realizar cualquier acción y simplemente se dejó llevar, su único deseo fue que este momento se terminara.

Cerró sus ojos y dejó que su vívida imaginación lo llevará a lugares más felices, él no era uno de los pervertido más fuertes de Kuoh por nada. Se imaginó en los pechos de Rías, Akeno, Koneko, Asia, Xenovia y Irina. Esto le saco una sonrisa, incluso si su boca se volvía cenizas, ya no le importaba más, Issei Hyoudo iba a morir y el lo sabía, solo había aceptación de ese hecho, literalmente ya las llamas lo consumían, pero al menos moriría feliz.

No tuvo que esperar mucho tiempo para que su deseo se hiciera realidad

Issei se estrelló callendo de cabeza contra el duro suelo. Su cuello sé doblo de una extraña manera así como muchas otras partes de su cuerpo, se doblaron de maneras que no debían.

Issei solo podía escuchar un continuo sonido ensordecedor, Sencillamente se quedó allí, mirando el cráter en el que había caído, parpadeo lentamente y aún podía sentir los fuegos que lo consumían lentamente.

Una agonizante y pequeña carcajada consiguió salir de su chamuscada garganta, se lo había dicho a esa extraña bestia, el que ríe al último ríe mejor, no era su problema su allá entendido o no, Issei creía recordar que esa cosa no tenía conciencia.

Issei se encogió de hombros o lo intento, el gano y eso era lo que importaba

.Mientras la oscuridad se lo llevaba a el dulce oblivion, ese ya no sentía dolor, solo una extraña paz y felicidad mezclada con un poco de tristeza. Sus últimos pensamientos fueron dedicados a aquellas personas que habían hecho de su vida un aventura digna de vivir.

XXX

Azazel siempre había creído que era una persona afortunada, el enserio de verdad lo creía. Si, lo habían echado de el cielo por promiscuo y por engañar a su padre con una cabras demoniacas y si había formado un grupo que ya no existía.

Pero Azazel era una persona con suerte

De qué otra manera llamarías su situación actual, estaba sentado en una de las playas nudistas más hermosas del mundo, con el masajista que hacía maravillas con su espalda, hacía casi magia y sobre todo con dos hermosas mujeres cuyas risas no tenían nada que envidiar a los coros angelicales de los cielos.

Si esto no era suerte, Azazel no sabia que más podía ser.

El sonido de las olas, junto con los rayos del sol y su masaje mágico pronto hicieron que el ex-Ángel se quedará dormido.

Claro, las cosas no duran para siempre

.Su celular comenzó a sonar, Azazel ignoró, pero sabía que ya no lo podía hacerlo más, cualquiera que le marcara por la décima es por qué era algo importante. Así que, con toda la pereza del mundo Azazel movió su mano a su teléfono, y con la maestría que tenía de la maldita cosa ni siquiera tuvo que mirar para contestar, simplemente se lo llevó a su oreja

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⏰ Last updated: May 16, 2019 ⏰

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El dios que se rompióWhere stories live. Discover now