32. Equilibrio

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Con todos los cimientos destrozados y amontonados de sus ruinas, se volvió una experta en arquitectura.

Con todas las noches de pensamientos imparables y respiraciones entrecortadas bajo un manto húmedo del plumaje de su almohada, relató el libro secreto de sus memorias.

Con las letras embarradas y las hojas de los árboles secas que caían de sus otoños más fríos, dio calor a la baja temperatura de su cuerpo y corazón en desfibrilación.

Con la órbita de su planeta apuntando a la estrella de la muerte, hizo girar su cabeza en contra de las agujas del reloj.

De la nada condensándose en un único punto denso, estalló su mundo imaginario, que nada más lejos de la realidad hizo de sus versos un escenario.

En los bordes de las libretas derramó más te quieros que en las copas estériles que le hacían regalarlos.

Intentó masticar despacio su emociones para que no se le atragantara la vida, como una nueva romántica al borde del exilio tratando de entender porque los corazones pierden tanto el equilibrio.

Rebeka V.

La octava luna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora