Atrapados en el laberinto.

Prólogo

Como cada año,seis chicos serían llevados al laberinto.Nunca saben ¿por qué?, nunca saben ¿cuándo? y nunca saben que les espera.

Este año, apenas tenemos 16 años, el más pequeño, Julio, tiene 8 años, su hermano Peter, acompañados de sus amigos Naia y Marco; nadie sabía que Range existía un niño que no ha hablado, yo soy Javi, si has encontrado este mensaje hemos sobrevivido, pero creeme después de leer lo que te voy a contar no querrás encontrarnos.

El Comienzo...

Atrapados, encerrados en un camarote escuchando a la tripulación hablar. Hablaban de un encargo, nosotros de nuestro castigo.

Desde pequeños nos contaron historias sobre los sacrificios, pero nunca pensamos que nos fueran a elegir.De repente un humo blanquecino inundó la sala, ya no se veía nada, solo oscuridad, no había voces, solo un profundo sueño...

En El Laberinto.

Despertamos en la arena de una playa, mire mi reloj, habían pasado tres horas y no nos habíamos enterado, a nuestras espaldas un mar infinito y delante un muro, no lo sabíamos pero elegimos entrar en ese laberinto, y eso sería nuestra perdición.

Apenas habían pasado unos pocos metros de la puerta, al mirar atrás todos nos sorprendimos,¡la puerta había desaparecido! y delante solo veíamos muros y más muros.

Felicidades genio- me dijo Naia.

No teníamos más opciones, ¿que preferirías beber agua salada durante años?- la respondí.

Julio y Peter se nos quedaron mirando y nos dijeron:

Pelearnos no servirá de nada.

En un acto intuitivo todos nos empezamos a mirar, pero ¿dónde estaba Range?

Un reencuentro poco feliz.

Empezamos a correr intentando encontrarle y cuando íbamos a entrar a otra sala escuchamos:

Shhhhhhhh, nos van a oír.-dijo Range.

Nos pusimos a su lado y una criatura con tres cabezas y forma de dragón estaba enfrente de nosotros, efectivamente era una hidra. No dábamos crédito a lo que veíamos, sin embargo, al lado de la puerta había cinco espadas y un arco con flechas, acompañado por cinco escudos y un carcaj. Detrás,a la derecha de la hidra divisamos la puerta.

Todos nos cogimos un arma: cogimos una espada y un escudo excepto Naia que cogió el arco y el carcaj.

Entramos corriendo y gritando hacia la puerta, la hidra no tardó en vernos, antes de que nos pudiera tocar, entramos en la siguiente puerta.

Medusa.

Vimos a una mujer con unos cabellos de serpientes, sabíamos que no podíamos mirarla. Ella se dio la vuelta y nos empezó a hablar:

No agacheis las cabezas, quiero veros- dijo Medusa- ¿Acaso no queréis ver las riquezas que tengo?

Julio levantó la cabeza y antes de darse cuenta se estaba convirtiendo en piedra. Peter se puso a llorar... Marco aprovechó el momento y le cortó la cabeza con su espada, antes de mirarla la envolvió la cabeza en un paño, y se la cargó a la espalda.

Todos le decíamos:

¡ Deja eso, que asco!

Puede ser útil- respondió Marco.

NO puede ser ...

Entendimos las reglas, no nos podíamos saltar nada... La hidra estaba delante nuestro...

Le pregunté a Marco:

¿ Sigues teniendo la cabeza?

¿ Para qué quieres eso?- dijo Naia.

Sé lo que quieres hacer, pero es muy peligroso- dijo Marco.

Me da igual, si no, moririais vosotros- respondí.

Marco desenvolvió el pañuelo, y dejó al descubierto a Medusa, yo la cogí y corrí hacia la hidra, está miró y acto seguido se convirtió en piedra. Estábamos salvados.

Un laberinto mucho peor.

Entramos en la siguiente sala, esta era distinta, ¡ era como un laberinto! ¿ Cómo encontraríamos la salida? Ahora sí que estábamos perdidos..... de repente escuchamos un bufido, empezamos a correr, y oímos un grito, que hizo que se nos estremeciera el corazón, lo único que vimos fue su sangre fluir por la estancia.

Seguimos corriendo, cuando Range nos dijo:

Hay que ser más listo que él- planeó él - Naia apuntame- se puso delante de un pasillo y dijo- ¡ Eh! ¡ Estoy aquí!

Aviso de peligro...

Se me escaparon unas lágrimas, de repente, los muros desaparecieron... y apareció una puerta que ponía ''salida''.

Lo que encontramos allí era un paraíso.

Pero ¿cómo le explicamos a nuestros hijos que tuvimos que matar para llegar aquí?

Y, querido lector, antes de que dejes de leer esta historia, debes de saber que, esta experiencia, aún siendo lo más horrible que me ha dado la vida, ha sido la más alucinante que nadie hubiera sentido y vivido jamás. Por eso, te pido no nos busques, corres peligro de muerte.