✨14

6.3K 704 170
                                    

Terminaba de acomodar mis brochas nuevas en el mueble del estudio. Acababa de comenzar mi carrera en artes y me había prometido mantenerme lo mejor equipado posible para arrazar en mi pasión.

Llegué a casa antes de las tres, mi padre me llamó diciendo que salió temprano y que iría a recoger el mismo a Hyesoo del jardín de niños. Acordamos vernos en un restaurante en Gangnam para comer y contar cómo había ido nuestra semana.

Cuando salí de mi estudio escuché ruido en la cocina, el personal que nos ayudaba con la limpieza y comida no venían los viernes, sino hasta el sábado por la mañana. Me dirigí a esta después de enviarle un texto a Mingyu diciéndole que nos viesemos por la noche porque saldría a comer con mi familia.

Hyekyo se encontraba sentada en la pulcra barra de la cocina, mantenía una copa de vino tinto entre sus finos dedos y jugaba con el líquido mientras se deleitaba con su sabor a uva. La relación entre mi padre y ella cada vez se deploraba más, con tan solo cuatro años de matrimonio habían peleado hasta de la cosa más diminuta e insignificante. Por quien más me pesaba era por mi hermana, que a pesar de ser una pequeña niña que no comprendía del todo las cosas, sabia que de alguna forma le afectaba verlos pelear tanto.

Mi padre afortunadamente también logró darse cuenta de aquello, por lo que cuando veía que se avecinaba una pelea, prefería ignorar o dar por muerta la situación, y eso a Hyekyo, le provocaba una enorme impotencia.

Su relación era tan dulce en un principio, al menos así lo veíamos todos y más al enterarnos que mi madrastra estaba esperando a una hermosa niña fruto de su matrimonio. Papá sabía a lo que se exponía cuando se casó con una mujer diez años más joven que él y sin olvidar su profesión como modelo aclamada en toda Corea, claramente no fue un impedimento y yo como su único hijo, solo pude apoyarlo incondicionalmente sobre todo.

Se suponía que estaba en Alemania trabajando como rostro para una marca de ropa importante. Se suponía que llegaba hasta dentro de dos semanas y se suponía que llamaría para avisarnos. Su presencia me había tomado por sorpresa y mi rostro lo denotaba.

¿Cuándo llegaste, bonito?, no te escuché entrar. preguntó al notar mi presencia.

Hace unos diez minutos. Noona ¿por qué volviste antes de lo dicho? Pudiste haberme llamado para que fuera a recogerte al aeropuerto.

La empresa con la que estoy trabajando decidió tomar solo una parte del trabajo en Europa, lo demás se tomará aquí en Corea dentro de unos días, y no te preocupes, un amigo fue a recogerme, fuimos a comer y me trajo hace un rato.

Asentí mientras me dirigía a la nevera, tomé una botella de agua y bebí de ella recibiendo el texto de vuelta de mi novio.

Escribí por algunos minutos manteniendo una pequeña conversación con él, acerca de cómo habían ido nuestros días, pero la mirada filosa de mi madrastra sobre mi me mantenía un poco desconcertado.

¿Hablas con Mingyu? preguntó serena.

Ahh si, no nos hemos visto en todo el día. No asistió a clases porque tuvo que ir con su padre a la empresa a ver algunas cosas.

Ya veo, ya se me hacia raro que no viniera contigo. dijo con cierto tono.

Lo veré por la noche, debo irme. Papá y Hyesoo me esperan para comer, me tomaría la libertad de invitarte pero estoy seguro que no querrás ir.

ᵘᵗᵒᵖⁱ́ᵃ | ᵏᵒᵒᵏᵛ Where stories live. Discover now