Renato estaba disfrutando de una de sus tazas de espresso favorito cuando escucho la puerta abrirse, no tuvo que ser un genio para deducir que era Ange quien llego de sus prácticas de Ballet dado que hoy todos los demas estaban ocupados.
— ¿Quieres una ta— estaba por ofrecerle una taza de café cuando algo en su cielo captó su atención, algo sobre su ropa y parte de su rostro, algo que en su vida y linea de trabajo estaba acostumbrado a ver... sangre. Le tomo un segundo recomponerse, un millón de escenarios de como la chica termino asi pasando por su mente por segundo, hasta que luego de notar por la forma en que se movía y respiraba, se dio cuenta que la sangre no era suya.
Por más alivio que eso pudiera provocarle, eso no quitaba la preocupación de su pecho, si, la mayoria (si no es que todos) de los que vivían en el apartamento, tenían trabajos bastantes sangrientos y moralmente reprochables, pero eso no significaba que querían que su cielo formara parte de eso, no, ella era un cielo puro que no necesitaba conocer de ese mundo, pero aún así, a pesar de todos sus esfuerzos por mantenerla fuera, por dejarla tener la vida mas normal que pudiera llegar a tener con ellos en ella, alguien...
Alguien habia ensuciado a su cielo.
Y Lo sabía por la forma en que la chica seguia parada en la entrada insegura de que hacer, con la mirada algo perdida en la habitación procesando todo, con sus manos temblando ligeramente. Su cielo no solo estuvo en una pelea, no, ella presenció la muerte con sus propios ojos, y lo mas probable es que con sus propias manos haya tomado la vida.
Alguien llevo a su cielo al límite y lo ensució.
Antes de que pudiera decidir que hacer la morena finalmente pareció entender donde estaba y con quien estaba. Por unos segundos el miedo paso por sus ojos, pero luego algo más se dejó reflejar en esos ahora anaranjados orbes, Necesidad.
Reborn no estaba seguro de porqué, pero tampoco llegó a preguntar cuando sintio las manos de la chica sujetar su traje empujándolo en el sillón hacia abajo, para luego sentir parte de su peso sobre él y luego, esos labios... Esos suaves y dulces labios sobre los suyos que se aferraron a los suyos con desesperación, su estupor tan solo duro un segundo antes de que sus manos fueran directo a la cintura de la más joven y sus labios tomaran el control de aquel beso.
Tsu rodeó su cuello con sus brazos, enredando sus piernas en su cintura cuando Renato se levantó, sujetandola con fuerza mientras sus labios recorrían cada parte de su cuello, sin duda con la intención de dejar mas de una visible marca en ella. Ella tan solo respondió con suaves jadeos sintiendo el calor de su cuerpo ascender.
Antes de darse cuenta ya estaban en su habitación, acostados en la cama prácticamente arrancando la ropa del otro, ahora Renato era de los que se tomaban su tiempo, y hacía que su amante disfrutara hasta el último segundo, pero ahora el ritmo no era el suyo, no, aunque le doloria en su orgullo, el solo era un medio para un fin, y ese era simple, que su cielo se sintiera viva.
Viviendo la vida que tenía, presenció en mas de una oportunidad las reacciones de las personas ante la muerte, y todos tendían a actuar parecido, y muchos luego de su primer encuentro con la muerte querían reafirmar sus propias pequeñas existencias por cualquier medio posible, sexo, siendo una de ellos y la actual forma que su cielo mas probablemente eligio para lidiar con su reciente encuentro con su propia mortalidad.
Un pequeño gemido lo saco de sus pensamientos encontrándose con la morena tapando su boca para evitar dejar cualquier sonido escapar, con sus mejillas sonrojadas y sus ojos aun con aquel hermoso naranja metálico oh vaya vista que hacía... espera... naranja metálico.
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¡Vongola Love Love Lucky Memorial!
FanfictionReencarnar como la villana de un juego Otome no era la parte difícil... La parte difícil era mantener su cordura mientras intentaba sacar de su casa a los objetivos de captura más peligrosos del juego. Arcobalenos (más Bermuda) y Tsuna. se aceptan...