Epílogo

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Semanas han pasado desde aquel incidente. Las calles de Piltover se mostraban serenas y silenciosas, pues ya nadie se interponía en su tranquilidad.

El abrumador y solitario silencio llegaba hasta el desgastado y ahora melancólico Búnker. Kayn se encontraba sentado sobre la mesa del comedor, bebiendo un amargo y frío café. Rhaast solo miraba desde una de las esquinas de la cocina, como su amo se pudría en su propia miseria.

Las habitaciones eran la muestra más fiel del dolor del pelinegro, basura tirada, polvo por doquier, un verdadero desastre digno de un ser invadido por la tristeza y la depresión.

Kayn miró su reflejo en aquel líquido marrón, se veía horrible. Piel pálida y desgastada, ojeras y evidente hinchazón en los ojos.

Todos los días eran iguales, Kayn sirviéndose una taza de café sin calentar, sentándose por horas sobre aquel comedor, y volviendo a dormir, ni si quiera el mismo recordaba el sonido de su propia voz.

La vida en sí misma había perdido todo su sentido. Jinx fue la única que alguna vez le mostró un amor sincero, sin interés, sin búsqueda de nada, solo un amor libre y puro. Sin embargo, ahora ya no tenía a nadie, le habían arrebatado todo por lo que alguna vez luchó.

Jamás volvería a despertarse por ese ruidoso despertador de mono, acompañado de la melódica voz de la peliazul diciéndole "Es tu turno". Ya nadie le prepararía el desayuno, ni le daría un beso de buenos días, tampoco habría alguien con quien acompañar la comida o la cena viendo caricaturas por aquella desgastada televisión. Nadie volvería a decirle " Te amo" O tan si quiera preocuparse por el. Las frías noches no serían dulcemente acaloradas por el abrazo de su amada a sus espaldas.

Los recuerdos venían una y otra vez a la mente de Kayn, y cada que lo hacían. No podía evitar derramar lágrimas. Es como si su mente solo buscara su sufrimiento.

No quería recordarla. Pero se odiaría si se atreviera a olvidarla.

Las últimas palabras que ella le dijo, inundaban su mente cada segundo.

"Sé que me perdonarás, porque me amaste tanto como yo te amé a ti"

Eran mentira, Kayn la amó mucho más de lo que Jinx pudo amarlo. Lo supo desde el momento en que vio a Jinx en brazos de Shen. Jinx era su única fuente de fuerza y felicidad, la mujer con la que inconscientemente había decidido pasar el resto de su vida, y jamás soportaría que toda esa alegría cayera a manos de otro hombre.

Se culpó mil y un veces, porque no fue lo suficientemente fuerte como para defenderla.

"Si tan solo me hubiese levantado"
"Si tan solo no me hubiese rendido"
"Si tan solo yo... "

Una y otra vez, batallaba con su propia debilidad.

-Kayn... -Después de semanas, la guadaña decidió hablar, más no obtuvo respuesta alguna por parte del otro -Sé que no vas a responderme, pero al menos espero que me escuches... -Suspiró -No te imaginas lo mucho que Jinx deseaba que estuvieras vivo, ella jamás hubiera tomado mi poder de no ser porque quería que vivieras, le dolió, sentí todo su dolor, pero a pesar de eso ella jamás dejó de sonreírte, ¿Y sabes porqué? ¡Porque estabas vivo!

Kayn volteó hacía la guadaña, con un centenar de lágrimas escurriendo por sus mejillas.

-Me gritó con todo el dolor que tenía desde sus adentros para revivirte, ella lo daría todo para que tu siempre estés bien, y sé que si estuviera aquí lo daría todo para hacerte sonreír como siempre lo hacía, ¿Lo recuerdas?... -La guadaña perdió notablemente su color -No dejes que todo lo que hizo se vaya a la basura.

-Solo eres una guadaña ¿Que sabes tú? -Respondió Kayn, con una voz fría, rota y ronca.

-Soy más que una guadaña, tengo sentimientos, y puedo sentir los de quien me posee... Y puedo decirte con seguridad que Jinx te amó con todo lo que tenía, y prefirió tú vida antes que la suya, desde el instante en que te defendió del arpón de Pyke.

El silencio volvió a inundar la sala.

-No vivas por ti si no quieres, vive porque a Jinx le hubiera encantado verte vivir, con o sin ella.

Kayn dejó la taza vacía a un lado suyo, intentaba digerir todo lo que Rhaast le había dicho.

Tenía razón.

El mismo vio como el mirar de su amada se rompía cada que el estaba en peligro, y no iba a decepcionarla, no podría perdonárselo.

-Creo que pediré una pizza -Dijo el pelinegro, mientras se levantaba de la mesa con una pequeña sonrisa.

-Ni se te ocurra pedirla con champiñones -Protestó Rhaast, intentando animar el ambiente.

-Pffff, ¡Claro que no! -Se quedó en silencio unos momentos -La pediré con extra champiñones.

-Voy a matarte, Kayn.

-Yo también te quiero, Rhaast.

Después de todo, aún si no estaba aquí, Jinx iba a seguir siendo el único motivo que Kayn tenía para seguir luchando.

Siempre.



Bueno, algo melancólico pero reflexivo, si alguna vez perdieron o llegaran a perder a alguien (ojalá y no) intenten ser fuertes, háganlo por esa persona, hagan lo que alguna vez le prometieron hacer a esa persona, vivan por esa persona, aún si ya no está aquí ❤.

Esa persona amaría verlos vivir.

Atte: Miss_Whiteshine ❤

Un amanecer inexistente (Kayn x Jinx)Where stories live. Discover now