❝Capítulo 12: Algo bueno❞

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Yugyeom abandonó el consultorio del doctor Lim detrás de sus padres, ambos tenían expresiones de felicidad en sus rostros, de total agradecimiento

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Yugyeom abandonó el consultorio del doctor Lim detrás de sus padres, ambos tenían expresiones de felicidad en sus rostros, de total agradecimiento. Él en cambio estaba en estado de shock.

JinYoung estaba esperando por ellos fuera del consultorio, apoyado contra la pared. Sabía todo lo que iba a ocurrir dentro del consultorio, puesto a que fue quién le comunicó todo a Jaebeom para que llevara el mensaje a la familia Kim de manera anónima. De ninguna manera podían enterarse de que su familia se haría responsable de los gastos de Yugyeom, era el deseo de su hermano y la familia lo respetaría. Era lo mínimo que podían hacer por él.

— ¿Y esos rostros? ¿Hay buenas noticias? —Preguntó JinYoung animado al ver a sus suegros, su novio aún estaba del otro lado del pasillo, parecía un niño pequeño a punto de perderse.

Los padres contaron con alegría acerca de una fundación anónima sin fines de lucro había tomado la decisión de estudiar el caso de su hijo y hacerse cargo de él, tanto estudios como asistencia médica.

— ¡Es una noticia fantástica! Me alegro tanto. —Decía JinYoung, permaneció hablando con los padres un rato más sin perder de vista a su novio quién no dejaba de morder sus labios con insistencia.

— ¿Será que pueden prestarme a su hijo esta tarde? —Cuestionó cuando notó la intención de sus suegros de llevarse a Yugyeom al momento de despedirse.

— Solo hasta la seis. —Señaló la madre.

— Como siempre ha sido.

JinYoung sonrió y observó como los padres se iban discutiendo por los horarios absurdos que la madre imponía sobre su hijo mayor de edad. Su novio ni siquiera era consciente de lo ocurrido, desde que salió del consultorio no se había movido un centímetro ni abierto la boca para decir media palabra.

Estaba preocupado.

Se supone que era una noticia que alegraría al chico. — ¿Estás bien, mi amor? —Preguntó con cuidado, acariciando su mejilla. Yugyeom cerró sus ojos con fuerza y se echó a los brazos de su novio con su rostro rojo de tanto aguantar las lágrimas.

— Pagaran mis tratamientos y estudios. —Murmuró con la voz rota, podía notar a leguas sus ganas de llorar. JinYoung apretó su hombro y buscó la mirada de su niño que se escondía en su pecho.

— Es algo bueno ¿No?

Yugyeom asintió. —Dejaré de ser un estorbo.

—Nunca has sido uno. —Le recordó, besando su frente. — Tú eres una bendición.

— JinYoung. —Llamó una voz a su espalda y él solo pudo gruñir por lo bajo, era su padre, de quién tenía todo el día huyendo.

Se separó de su niño un momento para encarar a su padre. —Ahora no puedo, estoy ocupado.

— Hola, Yugyeom-ah —Saludó el padre de JinYoung a lo que el menor respondió con una reverencia de respeto. — ¿Podrías decirle a tu novio que suba a la oficina de su padre?

Detrás de la cortina ; jingyeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora