sylas el usurpador

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Como un mago nacido en una familia demaciana humilde, Sylas de Dregbourne probablemente ya estaba condenado desde el principio. A pesar de su clase social baja, sus padres creían firmemente en los ideales del país. Así que cuando descubrieron que su hijo estaba ''aquejado'' de habilidades mágicas, lo convencieron de entregarse a los cazadores de magos del reino.

Al notar la extraña habilidad del muchacho para percibir la magia, los cazadores usaron a Sylas para identificar a otros magos que vivieran entre los ciudadanos. Por primera vez en su vida, sintió que tenía un futuro, una vida de servicio a su país, y realizó esas tareas con devoción. Estaba orgulloso, pero se sentía solo: no se le permitía relacionarse con nadie que no fueran sus entrenadores.

A raíz de su trabajo, Sylas comenzó a darse cuenta de que la magia era mucho más frecuente de lo que Demacia se dignaba a admitir. Podía presentir destellos de poder oculto incluso entre los ricos y distinguidos... algunos eran los detractores más abiertamente declarados de los magos. Mientras a los pobres se los castigaba por sus aflicciones, la élite parecía estar por encima de la ley, y esta hipocresía plantó las primeras semillas de duda en la mente de Sylas.

Esas dudas finalmente germinaron en un letal evento fatídico, cuando él y sus entrenadores se encontraron con una maga viviendo a escondidas en el campo. Luego de descubrir que se trataba de una niña, Sylas sintió pena por ella. Cuando quiso proteger a la niña de los cazadores de magos, accidentalmente le rozó la piel. La magia de la niña recorrió el cuerpo de Sylas, pero en vez de matarlo, salió disparada de sus manos en explosiones salvajes e incontrolables. Era un talento que no sabía que poseía y terminó con la muerte de tres personas, entre ellas su mentor.

Sabiendo que lo acusarían de asesinato, Sylas se dio a la fuga y rápidamente se ganó la fama de ser uno de los magos más peligrosos de Demacia. En efecto, cuando los cazadores de magos lo encontraron, no tuvieron piedad.

Aunque aún era muy joven, Sylas fue sentenciado a cadena perpetua.

Fue languideciéndose en las profundidades más oscuras del recinto de los cazadores de magos, obligado a llevar pesados grilletes de petricita que atenuaban la magia. Privado de su vista arcana, su corazón se volvió tan duro como la piedra que lo contenía, y soñaba con vengarse de todos los que lo habían puesto allí.

Luego de quince miserables años, una joven voluntaria de los Iluminadores llamada Luxanna comenzó a visitarlo. A pesar de sus grilletes, Sylas la identificó como una maga particularmente poderosa y, con el tiempo, los dos forjaron un lazo secreto e inusual. A cambio del conocimiento de Sylas sobre el control de la magia, Lux le enseñaba sobre el mundo fuera de su celda y le traía cualquier libro que deseara.

Con el tiempo, a través de una cuidadosa manipulación, Sylas la convenció de entregarle un tomo prohibido: los escritos originales del gran escultor Durand, en los que detallaba su trabajo con la petricita.

El volumen le reveló a Sylas los secretos de la piedra. La petricita era la base de las defensas de Demacia contra la hechicería, pero Sylas comprendió que no suprimía la magia, sino que la absorbía.

Y si el poder se encontraba dentro de la petricita, ¿podría Sylas liberarla...?

Todo lo que necesitaba era una fuente de magia. Una fuente como Lux.

Pero ella no volvió a visitarlo. Su familia, la inmensamente poderosa Guardia de la Corona, se había enterado del contacto que tenían y estaban furiosos de que Lux hubiera infringido la ley para ayudar a este vil criminal. Sin dar explicaciones, se decidió que Sylas sería colgado.

En la horca, Lux suplicó por la vida de su amigo, pero sus ruegos fueron en vano. Mientras el verdugo pasaba junto a ella para tensar el nudo, Sylas se las arregló para tocar a Lux con sus cadenas. Tal como lo había anticipado, el poder de ella se disparó a los grilletes de petricita, listo para que él lo liberara. Y con esa magia robada, Sylas provocó una explosión para liberarse, perdonando solo a la joven y aterrorizada Guardia de la Corona.

Se fue del recinto de los cazadores de magia no como un marginado, sino como un símbolo nuevo y desafiante de aquellos perseguidos y quebrantados en Demacia. Viajando por todo el reino en secreto, Sylas se ha hecho de un grupo de seguidores conformado por magos exiliados con un objetivo en común: derrocar al trono y destruir el sistema opresivo que los ha hecho sufrir por tanto tiempo.

Sylas el usurpadorWhere stories live. Discover now