CAPÍTULO 97

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Corrí tras ella bajo la lluvia. Fui a verla en su trabajo y a lo lejos divise como corría por la calle, seguramente para tomar un taxi. Me apresuré a alcanzarla.

Me sorprendió ver que en lugar de tratar de para un auto cruzo la avenida y siguió caminando en dirección de su departamento. Siempre testaruda, nunca pensaba en que podía enfermarse. Aligeré mi paso para detenerla. Necesitaba habalr con ella y lo mejor sería que lo hicieramos en mi departamento a un par de calles en la otra dirección.

La llamé por su nombre pero ella no dejaba de caminar por lo que tuve que sujetar sus hombros para detenerla.  – Mierda Joshua, casi me sacas el corazón del susto.

Su expresión por un momento me hizo reír. Llevaba sus audífonos, ahora entendía porque no me habia escuchado. Tiré uno de ellos antes de responder. - No escuchabas cuando te llamaba. Además, no entiendo como puedes andar por la calle bajo la lluvia. Enfermarás.

- No es de tu incumbencia. La lluvia me relaja… me ayuda a pensar.

- Y vaya que tienes mucho que pensar…

- Sí, aunque no lo creas no tomo desiciones importantes a la ligera. – me dijo retándome.

- ¿Así que pensaste durante mucho tiempo en la manera de convertirme en tu amante? Vaya, eso es una novedad Alexandra, pensé que eso había sido resultado de la emoción del momento.

Mi mejilla ardía luego de su golpe. Su expresión llena de ira me dijo que había ido demasiado lejos. Lo había hecho pero ver la poca importancia que ella le daba a mis sentimientos me hacía hervir por dentro.

- Vete al diablo, Joshua. Tú eres quién me busca, tú… tú me atormentas para que cambie decisiones que ya estan tomadas, tú me orillaste a esto y me lo echas en cara. Eres un maldito estúpido, engreído. No entiendo como pude dejarte entrar en mi vida de nuevo. Soy una tonta por pensar que podías encajar en mi vida sin hacerme daño. Es lo único que has hecho desde que te conocí.

Sus palabras fueron como bofeteada. Parte de mí se alegraba en verla frustrada. Ojalá de esa manera entendiera como me siento con sus desiciones,  pero saber que solo tiene presente los malos momentos, que me diga que solo le causo dolor me hace sentir despreciable.

- No quería decir eso – traté de explicarme – Vale. Si quería decir cosas que te hagan daño, pero entiende que para mí no es sencillo aceptar que la única manera en que puedo tenerte es si te comparto con otra persona. Me duele hacerme a la idea de verte con alguien mas quien puede reclamarte como su propiedad, gritarle al mundo que te tiene y yo solo conformarme con mijagas.. con escasos momentos que quiera ofrecerme.

- No tienes porque hacerlo si no quieres. – susurró tristemente.

Me percaté del espectaculo que estabamos dando. Varias personas se había detenido a ver nuestra discusión a pesar de la lluvia. – Vamos a mi departamento y hablemos.

Por suerte no se resistió y caminamos bajo la lluvia, que había aumentado, hacia mi departamento. Ninguno dijo nada en todo el trayecto hasta que cerré la puerta.

- Debería quitarme esta ropa para no mojar tu piso. ¿Puedes prestarme algo?

- Claro, pero lo mejor será que tomes una ducha. Estás temblando. – lo hacía, el frío se filtraba por nuestra piel, sus labios estaban morados y sus dientes castañeaban.

- Si no te importa, prefiero irme cuanto antes, asi que dime lo que tengas que decir. – me quedé en silencio intentado descifrar la rudeza de sus palabras. Ella puso sus ojos en blanco y se dirigió a mi baño. Caminé detrás de ella para saber que se proponía.

Un Enredado Amor  (Josh Hutcherson) EditandoWhere stories live. Discover now