Capítulo especial -parte 11-

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Su mamá había regresado a su casa, y el pequeño castaño no podía estar más feliz. Lo único que quería, era regresar para verla y abrazarla.

Su padre había ido a buscarlo a casa de su tío, y ahora ambos se dirigían a su hogar. Jared jamás había cuestionado a Judas por la forma en que lo criaba.

Por recibir clases en casa, por no poder salir como otro niño, por estar en constantes viajes, o tener escoltas siempre que tenían que salir. Sin contar con las que ya había permanentemente en su hogar las veinticuatro horas.

Pero ahora que ya estaba más grande, y comprendía mejor las cosas, sabía que aquello no era normal. No conocía el trabajo de su papá, pero sabía que algo ocultaba.

Y temía preguntarle qué era, temía saber la verdad.

—Padre.

—¿Qué pasa? —le inquirió contestándole a alguien por mensaje.

—¿De qué trabajas tú?

—Tengo muchos trabajos, Jared —respondió luego de un momento, de meditar la pregunta.

—¿Y son peligrosos?

—¿Peligrosos? ¿Por qué me preguntas eso?

—Es que... Cómo siempre tenemos guardaespaldas.

—Ah, eso es necesario, la gente está enferma.

—¿Enferma?

—Sí, es sólo para evitar cualquier tipo de altercado. No pienses tanto en ello.

El niño miró a su papá, que seguía con el celular, y asintió con la cabeza. El resto del viaje fue muy silencio por parte de ambos, algo a lo que ya estaba acostumbrado Jared.

Judas no era de hablar, ni con su hijo.

El auto estacionó en frente de la casa, y Jared miró a su padre, ansioso.

—Ve —le dijo, mientras se quitaba el cinturón de seguridad.

Y el pequeño castaño no lo dudó ni por un segundo. Se quitó el cinturón, y bajó, para irse corriendo a la casa y buscar a su mamá. Estaba ansioso, emocionado por verla.

—Mamá, estoy aquí —exclamó entrando a la casa.

—Jane está en su habitación —le dijo uno de los hombres de su padre.

Asintió con la cabeza sonriendo, y subió corriendo las escaleras, directo a la habitación de su madre.

—¡Mamá!

Jane se giró, y al ver a su hijo, caminó lo más rápido que pudo hacia él, recibiendo un afectuoso abrazo que la hizo jadear bajo.

—D-Despacio amor.

—Lo siento, es que te extrañé mucho —se disculpó, aflojando un poco su agarre—. Te amo.

—Yo también te amo, Jared —le dijo emocionada, besando su cabeza—. Demasiado, mi niño perfecto —sonrió tomándolo del rostro, para ver esos hermosos ojos azules, herencia de Judas.

—Te compré algo —sonrió.

—¿En serio? ¿Qué cosa? —inquirió curiosa.

Se alejó de ella por un momento, y luego regresó con una bolsa.

—La tía Michelle me ayudó a elegirla, yo quería que fuera de otro color, pero ella dijo que a ti te gustaba tu color, así que, compramos una igual —sonrió entregándole una bolsa de papel plateada brillante.

Jane lo observó confundida, tomándola ¿Otro color? ¿A qué se refería?

Sacó una caja en forma circular, y al abrirla, se encontró con una peluca de pelo natural, casi del mismo tono que ella tenía.

JudasWhere stories live. Discover now