El baño.

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Olvidé contarles sobre mi espacio de descanso. Al principio estaba todo culero pero con attackaso artístico lo convertí en un lugar cómodo para dormir.

El lavamanos es mi cama, puse unos ladrillos debajo para sostener mi peso y el de mi colchón reciclado, que compré a cincuenta pesos con la camioneta que recoge colchones viejos y fierro.

Cuando me voy a bañar levanto el colchón con mi super fuerza de cuadrado.

Cubrí los retretes con esas madres de tela que ponen las abuelitas, recicladas de las cortinas que robé a la vecina, ahora son elegantísimos sillones. Coloqué una manguera para rellenar el tinaco en el que lavo al gato, porque sí, tengo un gato y se llama Gárgaras.

Puse luces navideñas robadas del árbol navideño que colocaron en el zócalo y pósters de Valentín Elizalde. Es hermoso <3 (el baño, no Valentín, bueno, también.)

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Amor en tiempos de Míster MakerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora