Frialdad

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¿Alguna vez has sentido que tus brazos tiemblan sintiendo un frío que no existe?

No en el sentido de soledad, sino uno distinto, aquel que no comprendes si es bueno o malo. Ese frío que sientes al encontrarte nerviosa. Una sensación que a los instantes se olvida si logras pensar en la persona correcta.

Justo estoy pasando por tal efecto. Los nervios me carcomen cada que recuerdo que no soy buena haciendo esto, que será algo como una de las palabras que tanto te gusta usar: patético.

Pero ya sabes que me encanta pasar vergüenzas, en especial si son para sentir tu sonrisa sobre la bocina -a pesar de que ahora no estemos hablando-.

Entre la distanciaWo Geschichten leben. Entdecke jetzt