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–Quédate conmigo a dormir hoy, vamos a mi casa...-Dice el pálido abrazando el cuerpo del más mayor mientras abre sus ojos pues los había cerrado por unos momentos para acomodarse mejor hasta que se dió cuenta de que se estaba quedando dormido así que decidió enderezarse y preguntarle aquello al más mayor ya que Yoongi quería tenerlo con él, así sentía que estaba mejor junto a él, protegido de un padre que le pega sin razón alguna pues un día de estos el hombre podría volverse loco y matarlo, o quizá algo peor y Yoongi quería evitar eso, por eso ahora tiraba de la manga del mayor haciendo pucheros para intentar convencerlo de que vaya con él.

Jimin le mira a los ojos, pensando en el día que había conocido al pequeño Yoongi, sabía que el rubio le había odiado la primera vez de conocerse hasta tal punto de no querer ni acercarse al castaño pero cambió porque ahora los ojos del rubio brillaban de preocupación y algo más que Jimin no podía descifrar, miraba atentamente a este con una sonrisa ladina por la propuesta pues desde que Yoongi se había presentado sabía aquello; sabía que iba a proponer algo como eso así que asintió levantándose y ayudando al más menor a hacerlo también con mucho cuidado.

–Ya estabas tardando en decirlo -Dice Jimin guiñandole un ojo a aquel, mientras rodea los hombros del rubio con su brazo para sostenerse ya que se encontraba herido así que estaba un poco inestable, más bien débil a la hora de empezar a caminar, Yoongi rodea la cintura del más fornido chico y comienzan a caminar así lentamente bajando de aquel lugar hasta la calle, donde van al coche de Jimin donde rápidamente entran, el mayor se pone al volante y sin piedad arranca no queriendo tener que enfrentarse a su padre pues sabía lo que tenía si llegaban a verse aunque sean unos minutos.

–¿Te duele mucho? Cuando lleguemos te mirare a fondo esas heridas, no se ven bien y sobre todo tu labio ¿me has besado herido? ¿Y si has causado que se te empeore? Bobo -Yoongi decía todo aquello bastante preocupado causando una gran sonrisa en el que estaba conduciendo, pues le causaba tanta ternura que ese pequeño chico estuviera pendiente de su bienestar cuando antes estaba odiandolo pero ahora mira, Yoongi deseaba llegar para curarle y Jimin sabía que no se había equivocado al pensar que tenía que ser suyo, al pensar que ese chico desde el principio fue y siempre será el que el destino eligió para el pase lo que pase.

Después de un rato un poco largo llegan consiguiendo estacionar rápido pues en estos días la gente estaba de viajes así que había bastantes plazas libres cerca de la casa del pálido, en cuanto bajan entran a el lugar y Jimin sonríe al ver la casa ya que se notaba que era de Yoongi tanto por la decoración, la forma en la que estaba decorada y por lo bonita que es como él, se sienta pidiendo permiso en el sofá y ve como Yoongi sale corriendo a algún lugar de la casa sin decir nada, se queda confuso pero saca su teléfono mirando las llamadas pérdidas de su estúpido progenitor así que decide apagar el teléfono, dejando este en la mesa de cristal frente al sofá de la sala.

Yoongi aparece, se arrodilla frente a Jimin y al ver la mirada pícara del otro se sonroja sabiendo de sus pensamientos, le pega en el muslo haciéndolo reír hasta que comienza a curar las heridas que tiene en su rostro en aquella posición, pues si se ponía al lado de el estaría en una posición incómoda y no llegaría a las heridas que estaban más abajo por eso prefirió hacerlo así aunque estaba entre las piernas del mayor y eso le estaba poniendo más que nervioso, lo tenía demasiado cerca y su corazón había comenzado a later con más fuerza de lo habitual cosa que le había confundido ya que no sabía el porqué de aquello.

–Tranquilo, ¿por qué tiemblas? y oh, estas todo rojo ¿así de nervioso te pongo y no me había dado cuenta? -Jimin se acerca al oído del menor a susurrar todo aquello causando que al rubio se le caiga el algodón que sostenía para curar el rostro de este, sus manos fueron atrapadas por las del más grande y sus rostros quedaron más cerca hasta quedar chocando respiraciones, ahora ambos estaban más que nerviosos, uno en frente del otro aguantandose las ganas de tirarse a besar los labios del ajeno, a abrazarle o simplemente acercarse más ya que bueno, ambos se deseaban aunque lo negasen. Por eso en cuanto Jimin juntó su nariz con la del pálido la única reacción que tuvo Yoongi fue soltar un suspiro además de haber pegado un pequeño salto en el sitio, Jimin había reído de ternura por el notorio nerviosismo ajeno.

Y justamente, junta sus labios con los del pálido, baja sus manos hasta la cintura de este alzando ese pequeño cuerpo hasta sentarlo sobre sus piernas, el pálido claramente se estaba resistiendo pero en el momento que sintió como esos besos ahora bajaban por lo largo de su cuello comenzó a sentirse caliente, a querer seguir con aquello que estaban comenzando a pesar de las veces que lo haya negado ahora no ponía resistencia si no que entre pequeños jadeos que salían sin previo aviso de su boca le daba a entender al más mayor que tenía ganas de él, ambos se tenían demasiadas ganas las cuales habían estado ahí desde hace tiempo.

–Hy-Hyung no pares -Dice el pálido dejando que el otro le haga marcas en su pálido cuello las cuales se notarian bastante aunque les daba igual. Dejaba que las manos de Jimin estén bajando poco a poco hasta comenzar a apretar sus muslos y Yoongi no pudo evitar dejar sus manos agarrando la ropa ajena como para sentirse más cerca, necesitando tener algo a lo que agarrarse, Jimin sonreía comenzando ahora a besar los labios del otro pero con mucha más pasión de por medio alegrandose de que finalmente Yoongi aceptaba que también quería a Jimin, que ahora aceptaba el deseo y amor entre ambos o eso es lo que esperaban ambos el que por fin se hayan aceptado.

El hijo de mi jefe «Jimsu»Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt