In my life (The Beatles)

PRÓLOGO

Era demasiado temprano, nisiquiera sabía hacia donde viajábamos, solo que papá estaba muy decidido en alejarnos lo más posible de Liverpool. No entendía muy bien el porqué, siempre me pareció un lugar agradable.

Mi gemelo se encontraba a mi lado, quizás más confundido de lo que yo estaba.

-¿Mamá sabe que nos vamos?

Me atreví a preguntar ante la mirada atenta de John a mi lado.

- claro, cielo.

Algo en mi sentía que era una mentira más para mantener el silencio en el auto, aún así no indagué más allá ¿Qué más podría hacer una niña de tres años?

...

Mamá había llegado luego de unos días, llevaba horas discutiendo con papá mientras nosotros estábamos en el patio casa jugando. De un momento a otro salieron y nos miraron.

- Bien, que ellos decidan -gritó mamá- John, Annie -nos llamó.

Miré a mi hermano unos segundos, para luego acercamos hasta ella.

- ¿Con quién quieren quedarse? -preguntó papá con una voz mucho más tranquila- ¿Con quién de los dos quieren vivir?.

Miré de nuevo a John, no sabíamos muy bien de qué hablaba, aún así simplemente apunté a papá. Él solía ser menos gruñón que mamá.

- ¿Ann, cariño, estás segura? -preguntó nuestra madre intentando calmar su voz, yo simplemente asentí, haciendo que frunciera el ceño- ¿John? -como era de esperar, mi gemelo imitó mi acción.

Inmediatamente mamá comenzó a soltar improperios y volvió a pelear con papá. Estaba asustada, odiaba oír gritar a la gente.

- ¿Chicos, están seguros? -volvió a preguntar papá.

Yo asentí nuevamente, él no gritaba, él no me asustaba.

- Bien, como quieras.

Mamá se iba alejando ¿A dónde iba? Simplemente se alejaba cada vez más y más. El llanto de John llamó mi atención, ahí fue cuando caí en conciencia de que quizás jamás volvería a verla. Ahora no solo era mi hermano el que lloraba, ahora éramos dos niños de tres años llorando porque su mamá se iba para siempre.

- no lloren - decía papá para tranquilizarnos.

El sonido de unos tacones acercándose rápidamente y unos brazos reconfortantes abrazándome me hicieron calmarme, todo estaba mejor. Él olor a lavanda inundaba mi nariz, era como si nada malo pasara en aquel momento.

Lo siguiente que recuerdo es estar en asiento trasero del auto, sentada junto a John y una linda melodía que nos recordaba que pronto estaríamos en Liverpool devuelta.