In my life (The Beatles)

CAPITULO 75

Me había reducido a ocultar mi risa mientras dibujaba con Mary y Stella. John había sacado su primer álbum "Imagine" en donde se destacaba sus temas políticos, la paz y el amor... Exceptuando una pequeña canción.

- ¡No! He estado esperando en la línea veinte minutos, díganle que conteste el maldito teléfono.

Paul llevaba toda la mañana intentando contactar a John para discutir sobre "How do you sleep?", Pero mi hermano no hacía más que dejarlo en espera.

- Paul, quizás esa canción no era para ti, siento que le estás dando mucha importancia.

Le di una mirada cómplice a mi primogénita, quién también ocultaba una sonrisita. Al parecer el chico estaba lo suficientemente molesto como para ignorarme, pues seguía caminando de un lado a otro de la habitación.

- Estás actuando tal como John quiere.

Canturrié. La verdad yo también estaría molesta si John me escribiera una canción así, realmente la letra no decía más que cosas malas de mi esposo, y el hecho de que George hubiera colaborado con el solo de guitarra no ayudaba nada a toda la situación.

- No me voy a quedar callado ante esto, Ann.

Rodé los ojos.

- Cariño, si de algo sirve... No me importa que tú linda carita no dure para siempre.

Molesté haciéndolo gruñir.

- Cálmate, no entres en su juego.

Me levanté y lo abracé por los hombros.

- ¿Pensaste en mi propuesta?

Cambió de tema correspondiendo mi abrazo. Paul llevaba meses planeando hacer una nueva banda, el único problema era que estaba muy convencido en que yo formara parte de ella.

- sabes que no tengo tiempo...

Susurré mientras nos balanceabamos, como si estuviéramos bailando.

- será divertido, tú, yo, en un escenario con miles de personas cantando nuestras canciones.

- creo que me estás confundiendo, no soy John.

- lo sé.

- no nací para estar sobre un escenario, ese es tú sueño, no el mío.

Dije alejándome un poco para mirarlo a los ojos.

- ¿Qué tengo que hacer para convencerte?

- Paul, estuviste una década haciendo música ¿No quieres una vida normal? Tenemos dos hijas que criar.

Comenzaba a frustrarme su terquedad.

- la vida no es sólo hacer giras y cantar tocando la guitarra. Tienes una familia en casa.

Me alejé pasando mis manos por mi cabello.

- Se que tengo una familia, Annie, pero no quiero dejar de lado lo que me gusta hacer ¿Qué hay de malo con eso?

- que ya no tenemos veinte años, Paul. Ya estuviste en la cima ¿Qué más quieres?

Estaba al borde de las lágrimas, llevaba semanas así de sensible.

El chico miró el suelo, ambos habíamos levantado la voz, cosa que habíamos prometido no hacer frente a las niñas.

- Lo siento.

No sabía si me disculpaba con ellas o con él. Sequé unas lágrimas rebeldes con la manga de mi chaleco y volví a sentarme entre Mary y Stella, quienes guardaban silencio mientras dibujaban.