tartufos de labia barata.

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Ciudad, cuna de artistas

Guitarras y voces por las esquinas,

¿Pero poetas?

No he visto esa especie en ningún lugar,

Y vaya que los he buscado en todos lados

En bares y barras,

En las cunetas de los borrachos,

en todos los cabarets de la castellana.

Ebrio en las madrugadas suelen venir,

cual tartufos de labia barata.

Otras cuántas suelo arrodillarme al inodoro y antes de vomitar,

algo como un espejismo me dibuja uno.

pero espejismos al fin.

Algunas noches, hastiado de piel y de alcohol,

parece que existen vestigios de alguno en los espejos.

pero vestigios al fin.

A veces sobrio suelen caer a mis oídos,

Insinuaciones de que en mi vive alguno,

Pero me miro desde adentro y acierto:

¡So pedazo de poeta! ¡A mí no me engañas tartufo!

Jamás los he buscado en recitales, ni en reuniones de intelectuales,

Es que si no están como moscas comiendo de la mierda,

Amarrando una soga a un pilar del techo,

Dejando el alma en el sudor de una dama barata,

Abrazado a una botella,

Inconsciente en alguna cama sin sábanas,

Con la luna en las pupilas,

Y la espalda atrofiada,

Todo lo que he leído sobre ellos,

¡una mentira, nada más!

HuracanesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora