Capítulo II Un día inesperado

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- ¡Ezequiel! ¡Ezequiel! ¡Baja a comer! Ya está el desayuno.

- Te escucho, te escucho, ya bajo en un momento.

Ya es otro día, ayer fue complicado dormir, mis pensamientos estaban hechos un caos catastrófico a niveles intolerables. Que tenía ella de especial... ¡Nada! Solamente atractivo físico.

- odio la pubertad, las hormonas juegan con tú cabeza de forma aterradora – Comente en voz baja a mí mismo.

- ¡Ezequiel! Te va a cagar la mosca tú comida.

A una velocidad que parecía semejante al de un atleta, llegué inmediatamente a la mesa y como si estuviese marcando territorio dije: "Ya estoy aquí madre".  

- Lo mismo de siempre, una pieza de pan acompañada de tus famosas chuletas de cerdo.

- Si no te gusta pues no lo comas.

Agarre el pan para darle un gran bocado en señal de que no quería meterme en problemas con un ser tan feroz como lo es mi madre.

- Buena decisión hijito, come rápido porqué los trastes no se lavan solos.

Esas fueron sus órdenes y donde manda capitán, obedece el grumete.

- He terminado con el almuerzo, me voy a la escuela madre.

- Adiós, hijo mío, que Dios te acompañe en mente y alma.

- Gracias madre por tus buenos deseos.

[...]

Una mañana normal, saliendo de la entrada de mi casa viendo el cielo azul como es de costumbre.

En la mitad del camino hacia la escuela me encuentro a unos compañeros de mi salón «Que nadie me hablé «, me dije a mi mismo en mi mente.

- Oh miren es Ezequiel.

- Qué onda Eze.

- ¿Vamos juntos a la escuela?

«Mierda me han visto y hablado los tres al mismo tiempo. «, eso pensé.

«Tendré que contestarles. «, afirme en mis pensamientos.

- Buenos días, compañeros, si todos vamos al mismo destino pues compartamos el camino.

- Este Eze con su formalidad.

- Muy derecho el chavo.

- Te vas a quedar tieso si sigues así.

«Ellos son quienes están demasiado relajados. «, dije en mi mente.

- Tienen razón mi actitud es aburrida.

- Tranquis compa.

- Sí Eze trata de estar relax.

- dóblate de vez en cuando.

«¿Qué me doble? Se vuelven cada vez más irritantes «, argumente a mí mismo.

- Saben, se me olvido de que tenía que hacer algo y me iré por el lado izquierdo.

- Sale bro.

- Cuídate Eze, nos vemos en el salón.

- Aguas con los carros.

«Tardare en llegar a la escuela no obstante esta decisión ha sido la correcta. «, aliviado de toda preocupación dije en mi mente.

- Ni la menor idea de a donde voy, no reconozco estas calles, mi orientación es pésima, estoy perdido. – eso dije al caminar en esa área tan desconocida para mí, destruyendo mi alivio en pedazos.

Quiero ser tuyo que tú seas yo y yo ser túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora