Cap. 7

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Narra Cáncer.

Camine tranquila por los pasillos. Perdí de vista a Ofiuco; ella había tomado el libro que tanto quería y luego me dijo que iría al baño que la esperara ahí mismo y salí a buscarla después de que pasaron 30 minutos y no me contestaba los mensajes.

—¡Ofiuco!— La llame ya aburrida estar dando vueltas por todo el instituto, Libra no tardaría en comenzar a llamarme para decirnos que nos vayamos a casa, pero confío en que el CD de rock que trae en el estéreo del auto sea uno de los largos que tardan una eternidad en acabarse y lo mantiene entretenido.

Abrí la puerta del aula de música y me encontré con Aries y Capricornio.

—Hola. — Sonreí al verlos y ellos posaron su vista en mi.

—Hola. ¿Que haces aquí?

—Busco a Ofiuco. Llevo bastante tiempo buscándola y la verdad si tardo más, Libra me matará. ¿La han visto?

—¿Libra vendrá por ti? —Pregunto Aries mientras dejaba de hacer, lo que parece ser un barquito de papel.

—No, el está esperándome en el estacionamiento.

—Hace unos minutos cuando llegamos el ya se iba.— Respondió Aries.

—¿En serio?

—Sip. De hecho se nos hizo extraño que estuviera saliendo del estacionamiento a estas horas.

—Oh... Gracias, supongo que le llamaré para saber qué pasa. Nos vemos luego chicos. — Dije y salí del aula.

Tome mi celular y me dispuse a llamarle a Libra. 1, 2 y 3 tonos posteriormente a buzón de voz. ¿Que demonios?

Volví a marcar y esta vez inmediato directo a buzón.

—Libra... ¿Tan enojado estás como para dejarnos aquí en el maldito instituto a estas horas? Hazme un favor y deja de ser tan orgulloso. Ya v...— Se cortó el mensaje y suspiré saliendo al estacionamiento. Y efectivamente no está. Dude en si debía llamarle otra vez pero al final, si lo hice. Y nuevamente me mandó a buzón de forma inmediata. — Infantil. — Dije para mí e ingrese de nuevo al edificio.

Al menos tenía más tiempo para buscar a Ofiuco. Comencé mi recorrido por los pasillos para encontrarla y nada. Frustrada me dirigí hasta donde están las piscinas y agua tintadas de rojo llamó mi atención.

—¿Hola?— Hablé y me reproche en ese mismo instante por lo estúpido que fue eso. Me acerque a la piscina que tenía el agua roja y me quede mirándola fijamente. — No voy a caer en eso. — Dije y me dirigí a la puerta para salir de ahí. Escuché un crujido y mi vista se enfoco en dirección en la que el sonido venía. Una sombra salió de los vestidores de chicos y dejo a la vista el brillo de un objeto afilado.

—¡Oye no sé quién eres ni a qué juegas pero basta. Esto ya es viejo. ¿Agua tintada de rojo y un ridículo disfraz? Se necesita más que eso para asustarme. Idiota.—  Me comencé acercar para demostrar que no tengo miedo y que no voy a ser parte de su estupida broma. Y una vez frente  a él me crucé de brazos. —Basta, ya quítate eso. ¿No escuchas? Ya quítate es.... ¡Ahhh! —Grite en cuanto el cuchillo tan cerca de mí que rasgo mi ropa y un ardor se hizo presente; entonces el pánico hizo lo suyo y tan rápido como eso paso, yo salí corriendo del lugar.

—¡¡Ayuda!!— Grite corriendo por los pasillos esperando a que alguien me escuchara. El sujeto detrás de mi corría y movía el cuchillo de un lado a otro instando darme. Mis mejillas ya estaba empapadas y mi corazón latía de una manera anormal. —¡Maldita sea déjame! ¡Ya basta!— Y en segundos mi cabello fue tomado en un puño jalandome hacia atrás y haciéndome caer. —¡Suéltame por favor!— Llore tratando de safarme de su agarre. Siendo arrastrada por el pasillo algo de fuerza se apoderó de mí y pude liberarme para correr nuevamente.

Lurk • Zodiac Donde viven las historias. Descúbrelo ahora