PREOCUPADO

11 3 0
                                    

 Estaba en el hospital, junto con Natalia y mamá. No sé por qué se llegó a este extremo, Nicole no merecía esto, no tenía nada que ver. Mamá estaba mortificada, petrificada por mi hermana, y Natalia solamente estaba asustada por todo lo que estaba sucediendo. Me acerqué a ella para saber lo que pensaba, ¿Por qué a pesar de todo ella seguía a mi lado?... Mmm, ¿A caso es amor lo que siente por mí o solamente lealtad?

— ¿Qué piensas Natalia? —pregunté y tomó unos largos segundos para responder.

—Nada... No sé la verdad. Primero lo de mi auto, después lo de mi mascota, luego los extraños accidentes de tus compañeros, y al final lo de tu hermana. ¿A caso hiciste algo peor?

— No... O se supone que no. Creí que era algún fan, un admirador obsesionado a mí. Pero todo esto viene desde hace cuatro años —quería explicarle el origen de todo esto. No me importaba si se alejaría de mí o no, era más importante que ella estuviera feliz. Su rostro llena de dudas se dirigía a mí, al parecer ya no quería más secretos, quería la verdad —. Era un chico cerrado, antisocial como se le puede decir. Solamente me interesaba jugar videojuegos y ver anime, encerrarme en mi mundo. Pero apareció una sugerencia de amistad en Facebook, se llamaba Kristen Andy. En su foto de perfil era una chica hermosa, inocente y carismática.

— ¿Todo lo que me estás contando es parecido a mi...?

—Exacto. Yo también me enamoré por medio del internet. Pero éramos unos niños que ignorábamos los peligros. Pensábamos que el internet era seguro. Pero la diferencia de nuestras consecuencias son obvias —me detuve por un momento, suspiré para poder continuar —. Con esa chica nos llevábamos bien, eran muchos meses que duraban nuestro contacto. Me enamoraba de ella, de esa chica, creía que era la chica de mis sueños, fantaseaba con estar con ella. Pero de repente se volvía cortante, algo ocultaba, se negaba a dar su verdadero rostro o su voz, demostraba inseguridad.

—Pero... ¿Nunca fueron a conocerse?

—Estábamos a punto de hacerlo. Ella dijo que visitaría la ciudad, quedamos en vernos pero nunca asistió. Fue ahí que Jael me ayudó a superarla y tomarlo como una experiencia, no sin antes de leer su último mensaje; Decía que soy suyo y de nadie más, y que esto lo pagaré. Hasta que sucedió todo esto, el accidente de Luis fue el inicio. No quiero saber lo peor.

Miraba el suelo, sin buscar un motivo para sonreír, la angustia era mayor, me pesaba tanto que quería que me comiera la tierra. Aunque tuviera el valor de enfrentar esto no sabía si todo mejoraría. Pero Natalia me levantaba la mirada con sus manos, sus ojos me decían que no me rindiera, que terminara con esto de una vez por todas. Solamente sonreí como respuesta a su mensaje en sus ojos.

— ¿Familiares de Nicole Martinez? —preguntó el doctor y nosotros tres nos levantamos de nuestro asiento para dirigirnos con el doctor.

—Somos nosotros, ¿Sucede algo con mi hija? —preguntó mamá con preocupación e intranquila.

—Su hija está en coma, pero probablemente despierte en dos semanas. El único problema es que tiene fracturas en su columna vertebral, lo cual le impedirá caminar.

Mamá no lo había aceptado bien, pues después de los detalles ella se mareó y casi se cae, sino fuera por Natalia y por mí que pudimos evitarlo.

— ¿Podemos ver a mi hermana? — pedí permiso a pesar de sostener a mi madre. El doctor suspiró y aceptó con señales de su mano.

Entramos al cuarto del hospital; ahí estaba Nicole, dormida profundamente, tranquila de la realidad, gravemente herida, llena de dudas sobre todo esto. Mamá se dirigió inmediatamente a ella, casi subiéndose de la cama. Lloraba y tomaba su mano, la miraba con alguna esperanza de que estuviera bien. Miraba como todo lo que había ocasionado, toda amenaza que se cumplía, toda tortura que alimentaba poco a poco desgracias que surgen inesperadas calamidades, y Nicole fue una de las victimas de esto, esto que a ella no le correspondía.

Al momento de estar deseando justicia, recibí una llamada telefónica; era de Jael que me pedía que fuera a la procuraduría para identificar a la acusada y probablemente dar mi declaración. El despido fue rápido, Natalia decidió acompañarme y ambos nos dirigimos lo más rápido posible, deseaba ya terminar con todo esto.

Entramos a la procuraduría, pedimos informes sobre la detención de Evelyn Montreal, pero un fiscal nos estaba esperando. Con toda prisa, entramos a un cuarto oscuro que era iluminado por una ventana. Nos sentamos en frente de la ventana, que se podía ver como interrogaban a la chica. Los detectives insistían en toda información, pero Evelyn; vestida con una blusa muy detallada color rosa clara y un pantalón ajustado con tacones rosados trataba de explicar sobre algo que no podía entender. El detective le contó todo lo que he sufrido y todo el acoso que estoy viviendo, pero no fue hasta que mencionó a Kristen Andy, la chica se volvió sería y callada, Natalia y yo nos miramos. El fiscal dio la orden de preguntar algo sobre eso, los detectives obedecieron y Evelyn empezó a hablar:

— Conozco a esa chica. Su nombre real es Jaqueline Montreal... Es mi prima —no podía creerme en eso, y era algo raro e inaceptable creer esas declaraciones —. Ella tiene problemas... psicológicos, y también no es atractiva, se podía decir que es fea. A causa de la envidia que me tenía, se creó una cuenta falsa en Facebook, usando mis fotos y publicaciones. Por fin pude saber quién usaba mis fotos y mis publicaciones, quién usaba mi imagen. La confronté delante de mi tía, pero no pudo más y se alejó de mí. Pero después de poco ella desapareció, no dejó rastro alguno. Desde ese día ya no he sabido nada de ella.

Los detectives se miraban entre ellos, dudaban de las palabras de Evelyn, incluso yo necesitaba de algo para creer en las palabras de esa chica. Sin nada más que hacer, Natalia y yo nos retiramos del cuarto.

Con informes y notificaciones al pendiente, salimos de las oficinas algo decepcionados. Un tipo con algo de sobrepeso y el fleco que le tapaba un ojo reclamaba sobre la liberación de una persona en la recepción. A pesar del escándalo que provocaba, trataba de ignorarlo, pero el tipo gritó mi nombre. Nos detuvimos y me di la vuelta, se trataba de Elián, un amigo olvidado. No sabía cómo reaccionar ante todo esto, pues por él dejé de ser un otaku, dejé de ser cerrado. 


Desconocida.Where stories live. Discover now