Capítulo 19

8 1 0
                                    

Ahora estaba feliz, después de lo que había sucedido, habían pasado por lo menos tres días, ya era un agradable viernes, motivo por el cual se sentía tranquilo.
No tenía trabajos o tareas por atender, pero claro aun así siempre si era necesario estudiaba tanto como consideraba que fuese útil para su memoria, sin embargo ahora parecía que tenía otros problemas.


Pese a que había logrado ver a Evan y además de eso habían salido un par de veces con este, ahora tenía otros problemas pues quien parecía completamente perdido era su mejor amigo.


Lo dudo un poco pero finalmente simplemente lo escucho suspirar y con ello entendió que debía preguntar.


— Deja de verme así. — Finalmente habló, sin siquiera mirar al menor quien tan pronto lo escucho había desviado su mirada a otra dirección, como si con eso fuera completamente posible ocultar lo ya expuesto.
Aun así pudo escuchar a su mejor amigo suspirar de nuevo y realmente ya no aguantaba más.


— Dime el motivo por el cual estas así, Leo. —Pidió observando nuevamente a este, notando que ahora lo miraba también.
De alguna forma averiguara que era lo que sucedía a su mejor amigo aunque le costara un poco. — ¿No confías en mí? Así como me ayudas, yo también quiero ayudarte, somos amigos. —Explicó esperando que ello pudiera funcionar aunque fuese un poco, que con eso fuera suficiente para saber lo que deseaba.


Pero parecía que no sería de esa forma o al menos eso pensó cuando noto la sonrisa en el rostro de su mejor amigo.
¿Acaso dijo algo raro? Comenzaba a creer que sí, pero parecía que más bien hablaría al fin.


— Cuando fui a buscar a Neon. —Inició hablando mirando sus propias manos que ahora se encontraban la una sobre la otra, como si fuese su vía de escape momentánea.
Aunque no la había. —La información no fue gratis, ni mucho menos porque él solamente quisiera ayudar. —Aclaró finalmente y si, estaba tocando el tema que días atrás había estado evitando tanto como le fuese posible hacerlo aunque no duró demasiado.


Para cuando levantó su mirada vio la confusión y la sorpresa mezclada en una sola expresión quiso reír.


— ¿Te pidió algo a cambio? —Preguntó finalmente el azabache, mientras que su mirada se quedaba atenta al chico enfrente de él.
Realmente ahora compensaba a entender la actitud de este.


Este simplemente asintió como si estuviera tocando un tema demasiado complicado como si fuese algo que le costará por algún motivo que no daba a conocer.
Pero no era nada así de complicado. — El me pidió. —Comenzó a hablar de nuevo como si realmente le costará soltarlo, pero es que bueno, a él le costaba decirlo, no estaba acostumbrado a eso.
No era un chico obsesionado con lo cursi o el romance como su preciado mejor amigo.


— Me pidió como condición para darme la información. —Llevó su diestra a sus cabellos y los revolvió. Estaba tan nervioso que le parecía ridículo, pero es que podía esperarse burlas por parte del menor.
Se lo imaginaba. —Una cita. —Finalizó, queriendo restarle importancia cuando claramente era algo a lo que no podía hacer así como así, no era cualquier cosa o situación.
Sin embargo la risa que esperaba escuchar nunca llegó.
De tener su mirada en un punto fijo, la guió hacia su mejor amigo quien aún parecía sorprendido por lo que había escuchado.
Optó por acercar su mano al hombro ajeno y dar un par de movimientos en este esperando que reaccionara y claro, así fue.


Finalmente este reacciono, sacudió su cabeza como si quisiera ordenar sus ideas y parpadeo.
— ¡¿Una cita?! —Preguntó alzando un poco la voz, por lo que termino recibiendo un golpe en su cabeza por parte del castaño que estaba con él, enseguida sonrió. —Perdón. —Murmuró llevando sus manos a su cabeza como si buscara protegerla de algún golpe futuro o algo como eso, por lo menos eso pensaba. —Pero ¿en serio? Neon ¿te pidió una cita? Es que no me lo puedo creer en cierta forma. —Expresó llevando sus manos a sus cabellos escena por la cual el castaño termino riendo.


Sin duda ambos habían terminado igual.
Él seguía sin comprender las intenciones del rubio ¿Qué buscaba? ¿Quería humillarlo o algo así? Al menos consideraba que si ese era su plan desde ya podía ir pensando en que era un éxito.


— Lo sé. —Llevo sus manos a su mentón, donde recargo este por unos momentos solamente.
Es que era sospechoso para ellos dos lo era.


— Yo tampoco lo entiendo. —Y dicho eso se dejó caer sobre la mesa como si ese lugar fuese a salvarlo de todas las dudas que ahora mismo lo devoraban y llenaban.
Es que no entendía. —Seguramente ese idiota, solamente cree que puede jugar conmigo. —Se quejó enseguida, después de todo aquel chico rubio tenía ese tipo de personalidad, como si todo lo que quisiera pudiera obtenerlo, realmente le molestaba en cierta forma.


— Y si. . —Eso que escucho llamó su atención y termino por mirar al azabache quien parecía dudar sobre lo que quería decir a continuación, así que solamente le dejó claro que siguiera con una clara mueca de confusión en su rostro.
Pero lo que no deseaba escuchar fue lo que aquel termino soltando sin filtro alguno. — ¿Y si él quiere salir contigo honestamente? —Esa pregunta lo dejó completamente atónito.
¿Neon? ¿Ese chico querer salir con alguien honestamente? No, no podía creer en algo como eso, debía ser una confusión si algo como eso.


— Elio, vamos no lo dices en serio. —Habló enseguida.
Los nervios de la simple idea lo llenaron en cuestión de segundos posiblemente porque él, estaba en contra de que fuese de esa forma, no quería algo así.


Cuando miro al azabache en su rostro todo fue claro.
Y él, solamente negó, se negaba a aceptar que eso estuviera ocurriendo de nuevo, no quería algo como eso.
El amor era algo muy falso en su vida, al menos en el aspecto romántico y se negaba a cometer ese error de nuevo.


— Se como son los chicos como él. —Explicó al ponerse de pie, indicando al más bajito que le siguiera, era momento de que se fueran.
Al menos no lo había visto por el momento. —Tú sabes mejor que nadie que no pienso meterme en algo así de nuevo, no quiero cometer este error otra vez, Elio. . —Finalizó con la mirada en el suelo sin detener sus pasos que ya avanzaban fuera del campus a su hogar.
No quiere pasar por lo que ya ha pasado antes, algo como eso simplemente sería lo peor. —Pero. . —Murmuró el azabache llamando la atención de su parte, por lo que termino volteando.
— Y si él, fuera diferente ¿Qué pensarías? —Es que él azabache consideraba que aquel rubio, pese a como era realmente podría estar viendo a su mejor amigo de forma muy especial.
El castaño lo pensó un momento.
¿Si fuera diferente? Quizás ahora no estaría dudando sobre si debía creer en un chico como él.
Pero sabía cómo era, un idiota, presumido, altanero y además egocéntrico, alguien que cree que puede tener todo lo que quiera con pedirlo y se negaba a ser un objeto de alguien de nuevo.


— Eso es imposible, él no es distinto, se como es, porque yo mismo lo he visto y escuchado. —Explicó con cierta decepción en su voz.
Sin duda estaba cayendo, pero aún así una parte de él, se negaba a aceptar del todo lo que ocurría cada que pensaba en ese rubio bobo que lo molestaba en cada momento.


El azabache mientras avanzaban, pudo notar el cómo se encontraba su mejor amigo.
Era obvio, este ya comenzaba a sentir algo por ese chico y eso le preocupaba un poco, sin embargo quería apostar un poco por él rubio.


—Bien, si te hace algo, lo golpeare. —Hablo buscando imitar la forma en la que el más alto siempre lo decía y lo que logró, fue escuchar una risa por parte de este.
Al menos había logrado que esa expresión de tristeza se fuera, ahora podía ver su sonrisa.


Aun así se hizo el ofendido. — ¿Por qué te ríes? Podría golpearlo. —Aclaro fingiendo estar indignado, sin embargo rieron durante todo el camino hasta llegar a su hogar.
Ahí se preocuparon por entrar y por lo menos relajarse aunque fuese un momento.


— Si ese idiota hace algo, lo golpearemos ambos. —Dicho eso ambos rieron al mismo tiempo imaginando esa situación.
No negaría que sentía algo de miedo de imaginar que todo lo que pensaba pudiera ser real, que lo que creía fácilmente se pudiera cumplir sin siquiera anticiparlo. —Si te lastima, las pagara, por ahora dime cómo compensarte el sacrificio que hiciste para obtener aquella información. —La forma en la que hablo el azabache de nuevo hizo reír al contrario.
Y ahí estaba ambos riendo, mientras que el azabache escuchaba las peticiones sin parar por parte del castaño, su tarde se baso en eso y sin embargo Leo, en pequeños momentos se volvía consciente de que guardaba cierta esperanza.
Odiaba hacerlo porque si llegaba a decepcionarse, al final el único herido sería él y todo sería culpa suya, por dejarse engañar una vez más.

Cuando te encuentre.Where stories live. Discover now