Capítulo III : Maveryk

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El niño se encontraba sollozando en una esquina de su cuarto.

-Chris... No llores... - El niño se dio la vuelta, pero no vio a nadie.- Aquí. - Sintió una mano grande en su hombro, y sintió un calor extenderse por todo su pecho.

-¿ Quién eres? - Preguntó el niño con un ligero temblor -¿Cómo sabes mi nombre?

- Me llamo Maveryk. Soy alguien que te entiende muy bien. No te preocupes, pequeño. Todo va a estar bien.

El niño se abrazó al chico que había detrás suyo. Tenía el pelo oscuro, rizado y algo largo, la piel blanca como el papel de sus dibujos y los ojos grises, del mismo tono de las nubes tormentosas que veía desde su ventana. Aparentaba unos 25, y su rostro era regio e impasible.

-Mave... ¿qué?

- Mave está bien- Soltó el chico con una risa.

El niño rió, se secó las lágrimas y escondió la cabeza en el pecho del mayor. Sentía sus brazos alrededor, protegiéndolo. Cuando se separó, estaban en una sala diferente. El suelo era de madera negra, las paredes blancas y dos puertas, una en cada extremo, junto a dos sillas, una frente la otra.

- ¿Dónde estamos?

- Dentro de tu cabeza. Esta, a partir de ahora, será nuestra casa.- El niño frunció el ceño- Mira: Seguirás viviendo en el hospital, pero cuando quieras podrás venir aquí. Entonces, yo saldré, y te sustituiré mientras tu descansas. Sólo tendrás que cerrar los ojos, y llamarme. Ese – Continuó señalando una puerta- Es tu cuarto.

El pequeño Chris no comprendía nada. Se dejaba guiar por su intuición , y ésta le indicaba que el mayor iba a protegerlo. Que debía seguirlo.

Abrió la puerta, y Chris vio todo cuanto quería. Miró la cama, de sábanas blancas, y deseó que fueran azules. Al instante, las sábanas cambiaron.

Clavó la vista en una esquina, e hizo aparecer una bolsa de patatas fritas. La abrió, y se las comió.

- Yo estaré siempre para ti. Puedes contarme lo que sea. - Mave sonrió con ternura, y colocó con cuidado un mechón de pelo reberde en su sitio.

-Her...mano – Pronunció con cuidado. Maveryk lo abrazó intentando retener las lágrimas que se le escapaban.




Chris terminó su relato. Aiden se quedó de piedra.

-¿ Puedes llamarlo?

-¿ A quién? - Chris estaba confundido.

- A Mave. Me gustaría hablar con él.

El niño cerró los ojos y susurró un tenue "Mave"

Al instante, se desplomó en el suelo. Aiden se acercó corriendo, pero el cuerpo del niño comenzó a cambiar.

Empezó a estirarse, su pelo creció y se volvió negro. La piel se aclaró , los músculos se desarrollaron, la espalda se alargó. El hombre se levantó.

-¿ Quien eres? - Cuestionó el doctor.

- Ya lo sabes .

- ¿Que clase de engendro eres? - Aiden intentó provocar al chico.

- Un engendro dispuesto a matar, con tal de que Chris esté feliz. -Susurró amenazadoramente cerca de la cara del doctor.

- Ambos queremos lo mismo.

-¿Por eso mataste a sus padres? - Maveryk no varió su expresión. - Demuéstrame que eres de fiar.

Collins tragó saliva con dificultad.

- Yo sólo cumplo órdenes. Yo no quería hacerlo.

- Pero lo hiciste. Sé todo lo que pasó. Lo veo todo, no lo olvides. No te quitaré el ojo de encima.- Collins se separó con cuidado, mirando los ojos del chico.

- Dime tu nombre.

- No estás en posición exigir nada- Mave rió con sorna.

Aiden dio un paso hacia adelante, intentando acobardar al desconocido. Obviamente, no lo consiguió.

- ¿Quién te crees que eres? - La ira subía por la garganta de Collins.

- Maveryk Jackson, mucho gusto. - Soltó con sarcasmo. Rió despectivamente antes de cerrar los ojos y dejarse caer sobre la cama.

Vocalizó "Chris", y su cuerpo volvió a cambiar.

En poco más de minuto y medio, Chris estaba delante de él.

-¿Es cierto lo que ha dicho? ¿¡Mataste a mis padres!? - El rostro del niño estaba rojo de furia.

-Chris, escucha...

-¡No me llames Chris! ¿¡Lo hiciste?!

-Yo...

-Fuera. - El pequeño se alejó de él, llegando a pegar la espalda a la pared. - Vete.

- Chris... - El hombre seguía tratando de acercarse a él, sin éxito, porque el niño era muy escurridizo y lo evitaba.

-¡No me llames así! ¡Asesino! - Se desgañitaba Cristopher.

Aiden se retiró de la habitación, maldiciendo a aquel que había abierto los ojos al niño. A aquel que le había mostrado la verdad. Sus pies lo condujeron una puerta con el rótulo "Dr.Moore"


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El sábado publico de nuevo, espero y deseo.



Bye!

Proyecto: INMORTALWhere stories live. Discover now