eras el hogar que me resguardaba [ kookmin ]

2-. Aquella luz que se colo en el gran ventanal.

Recuerdo muy bien, aquel lugar donde lo vi por primera vez. Era en un museo de artes, lleno de cuadros abstractos, donde él sobresalía de entre todas esas pinturas.
Agradezco al universo por haberme llevado por esas calles, por haber dejado un par de billetes en mi bolsillo para aventurarme en aquella exposición donde conocí al amor de mi vida.

No sé si la manera en la que nos conocimos fue común, pero en realidad no importa, por qué es de las pocas cosas que hice bien en mi larga vida.

Él tomaba un café mientras observaba un cuadro, donde líneas coloridas formaban un rostro llorando. Sabía mucho de arte, aunque no fuese nada relacionada a la carrera que estudiaba, era muy culto, me enseñó bastantes cosas.

Se supone que vas a una exposición de artes a apreciar los lienzos colgados, al principio lo hice, pero ninguno me llamó tanta la atención como lo hizo él.

Ojos rasgados, pestañas largas, piel de porcelana, labios rojos y esponjosos, era más bajito que yo, me llegaba al hombro, era demasiado hermoso, sus facciones habían sido esculpidas con toda la delicadez del mundo. Así era el amor de mi vida.

Cualquier persona se asusta o se aleja de alguien que lo sigue y lo observa constantemente, pero él no, cada que nos "topábamos" en la exposición solo me sonreía y decía "este cuadro es bastante lindo, ¿no cree?", teníamos pequeñas conversaciones, muy pequeñas de hecho.

Recuerdo que el reloj marcaba las seis de la tarde, cuando el me miro fijamente y extendió su mano, "me llamo park jimin", me dijo con toda la naturalidad del mundo, con una sonrisa impregnada en sus labios, con dos medias lunas en sus ojos.
"yo soy jeon jungkook, mucho gusto", sus manos eran el equivalente al algodón, tan suaves y pequeñas.

Al terminar la exposición me invito un café en la cafetería del museo, fue la persona más maravillosa que pudo toparse en mi vida.
muy hablador también, muy sociable,un rayo de luz en la noche.
"me caes muy bien jungkook, espero verte otra vez."
"el museo tiene exposiciones cada viernes, espero verte en alguna de esas."
Con simples oraciones fue como empezó todo, me subí en una montaña rusa que iba constantemente hacia arriba.

Aquella primera vez que lo vi, me sentía maravillado, tanto que con lo ahorrado fui a comprarme ropa que ocultara lo que soy.
Sentía que estaba enamorado, ya que a cada cerrar de ojos veía su sonrisa y escuchaba el hermoso sonido que producían sus cuerdas vocales al reír.
Y por fin, no necesitaba un poco de alcohol en la noche, ya que mi cuerpo estaba ansioso de que el viernes llegue y así acudir al museo para apreciar la obra de arte más hermosa jamás creada.

Aquella semana pasó volando y ya me encontraba en el preciado viernes, cantando eureka por qué había reunido 150 wons, iba a invitar a jimin a algún café de la talla de él.
La noche era fría, ya que había llovido por la tarde, charcos de agua se formaban en las calles y mi corazón empezaba a latir con mucha insistencia, me miraba en aquellos charcos para ver cómo lucia, para ver si lucia decente, quería causar una buena impresión en jimin.
Al llegar al museo me lleve la sorpresa de que la exposición iba a ser de fotografías, lo esperé en la puerta por unos veinte minutos, me sentía triste ya que pensé que no vendría, pero luego se me ocurrió la gran idea de que estuviese en el lugar donde hablamos por primera vez, recorría los pasillos llenos de fotografías hermosas, muchas de ellas captaban paisajes hermosos, algunas captaban personas, y otra pocas objetos. Recorrí unos cinco pasillos hasta encontrarme con sus dos luceros mirando atento una fotografía; estaba en blanco y negro, mostraba un puerto con pescadores y el ocaso tocando las olas del mar, verlo ahí me traía el deja vu de la primera vez que lo vi, el mismo sentimiento corrió por todo mi cuerpo y alma.