Lovely day

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-Sabes enana, escuche que la vecina es sexy.- Dijo Amy mientras ella y Beca entraban en su nueva casa. Beca no sabía cómo se las había arreglado para terminar así, lo único que sabía era que no quería vivir sola y Amy no era lo suficiente competente como para vivir sola.

-¿Ah, sí?- Beca murmuro completamente desinteresada en lo que su amiga estaba diciendo.

-Uh huh, Aubrey y Stacie la conocen, creo que está en la misma clase de baile con Stacie, así que en palabras de Aubrey, la vecina tiene un cuerpo para morirse.-

-¡Oh, qué bueno!- Beca murmuró, la morena estaba más ocupada acomodando los documentos como para escuchar lo que la australiana le decía en ese momento.

-¡No estás escuchándome!-

-No, Amy, no estoy escuchándote. Estoy tratando de asegurarme de que todo esté en orden.-

-Lo está enana, o ¿Crees que nos habrían dejado mudarnos si algo estuviera mal? Ahora venga, vamos a relajarnos un rato antes de que tengas que empezar a desempacar las cosas.- Beca asintió confundida por el comentario de la rubia, dejando los papeles sobre la mesa y siguiendo a su amiga hacia el patio trasero.

-Voy revisar el estado del cobertizo.- Beca asintió, sentándose en los escalones.

-¡Hola!- Dijo una voz, haciendo a Beca fruncir el ceño y mirar a su izquierda, donde una niña estaba de pie mirándola a través de la valla.

-¡Hey!-

-Soy Emma y vivo aquí.- La niña señaló hacia su casa. -¿Cómo te llamas?-

-Yo soy Beca Mitchell, yo vivo aquí.- Beca señaló su casa, sonriendo a la joven. Emma asintió, sentándose en el entablado como Beca lo estaba.

-Mi mamá dice que no debo de hablar con extraños.-

-Tú madre es una mujer muy sabia.-

-Pero tú no eres un extraño, ¿Verdad?-

-No, yo soy tu nueva vecina, pero no habló con otros extraños.-

-¿Y qué pasa con ella?- Emily señaló a Amy que estaba sosteniendo un frasco de vidrio para obtener una mejor visión de lo que había en el recipiente.

-Ella es Amy, y está bien.- La niña asintió con la cabeza. -¿Cuántos años tienes?-

-Tengo cuatro años y tres cuartos.- Beca se rió.

-Wow, casi el gran cinco, ¿eh?-

-Sí, y quiero un pony.-

-Bueno, yo siempre quise un skate cuando era niña.-

-Tal vez puedes conseguir uno para tu próximo cumpleaños. ¿Qué edad tienes?-

-Tengo veintidós y cinco doceavos.-

-Voy a tratar de ahorrar hasta conseguirte un skate.-

Beca sonrió. -Eso es muy dulce, no está mal. ¿Quieres una pulsera de margaritas?-

La niña asintió con la cabeza rápido, de pie en la parte inferior de la valla para mirar por encima de Beca.

-Em, fuera de la valla.- Una voz gritó desde el interior y Emma hizo lo que le dijo, arrodillándose al lado de la valla.

-Esa es mi mamá, está haciendo la cena.-

-Oh, ¿algo delicioso?- Beca pregunto, centrándose en la pulsera en frente de ella.

Giving you the best that I gotWhere stories live. Discover now