3. [su despacho borgoña]

30K 2.1K 965
                                    

Areum

-No tengo fuerzas -escupí el hueso de la cereza lloriqueando, siendo imitada por Jungkook segundos después-. No quiero ver su cara, Kook.

-Definitivamente no querría ser tú en estos momentos -el mayor me mira con burla-. ¿Cuánto durará la colaboración?

-Seis meses, seis meses en los que voy a morir -tiré el hueso en el frasco, expulsando también todas las energías que me quedaban al frasco de cristal.

-Todavía no me has contado por qué no te cae bien, eh -me dio un codazo amistoso, sonriendo mientras succionaba la cereza. Parecía un pez globo-. El chico no me da nada de confianza, sobre todo después de lo de la discoteca. ¿Y si llegas a estar sola de verdad?

-No saldría de fiesta sin ti.

-Ya ya joder, pero si llego a tardar más...tenía la mirada muy oscura, Ari.

"También me acosa y me coge el cuello, Kook"

-La discoteca estaba oscura -cogí otra cereza bajo su atenta y molesta mirada.

-No me refiero a eso. A la gente mala se le ensombrece la mirada cuando quieren hacer el mal, y es justo lo que le pasó a ese -Jungkook sonó protector y seco, no molestándote ni en nombrar su nombre.

-Es muy egocéntrico, me saca de quicio -apoyé la mejilla en su hombro, con cuidado de no manchar su camisa de Yves Saint Laurent.

-Yo también soy egocéntrico... -Jungkook giró su cuello hasta poder mirarme, y al haber alzado yo también la barbilla estábamos muy cerca, a diez escasos centímetros. Aún así ninguno de los dos se movió ni un solo milímetro y disfrutamos de la cercanía.

Su voz había sonado deseosa de mi aprobación por su comportamiento, como si pensase que yo iba a prestarle más atención a Kim Taehyung por tratarme mal.

Jungkook era un bombón que se empeñaba en hacer de chico malo, y era mi bombón, ese que me cuidaba.

-Pero a ti te lo perdono, Kook. Me regalas cerezas para comprar mi amistad -sonreí viendo su expresión jovial, sus cejas visibles por la caída de su pelo en esta posición y sus ojos dilatados por la sombra.

Se le estaba oscureciendo la mirada de la misma forma que a Kim Taehyung.

Jungkook desvío la mirada solo para ubicar las cerezas, y cuando cogió una sus ojos estaban más dilatados, y ya no sabía si era por la sombra o porque estaba viendo algo que le gustaba. Tal vez yo.

No quise hablar para no romper la intimidad que se había formado en el dulce ambiente, así que le miré curiosa mientras él cogía la cereza del rabillo y me la acercaba directamente a la boca.

En ese instante no quedaba rastro del chico en la discoteca, sino de uno tímido e inexperto que quiere conquistar a la chica que le gusta.

No tuve que ponerme nerviosa por no saber a qué mirar o qué hacer porque mi chófer hizo sonar el claxon anunciando mi partida, y ambos nos levantamos del césped.

-Bueno... -Jungkook carraspeó, rascándose el lateral del cuello de forma nerviosa pero intentando disimularlo-, intenta no morir, ¿vale?

-Nos vemos, Kookie -estaba dispuesta a bordear su ancho cuerpo, pero me cogió la muñeca con algo de urgencia, como si no quisiera que me fuese-. ¿Jungkook...?

-Es que... -buscó en el bolsillo del pantalón con su mano libre, sacando un pañuelo de papel-, estás manchada de cereza. Si vas a ver al gilipollas ese tienes que demostrarle quién manda.

Cogió mi barbilla y limpió con extrema delicadeza las comisuras de mis labios. Aunque era imposible que me fuese a romper, él trataba mis labios como si fuesen de cristal.

Sugar, daddy ; kth, jjk [+18] COMPLETAWhere stories live. Discover now