9. El jardín está en problemas.

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Dos meses enteros se fueron con el aire y yo había renunciado a mi trabajo de jardinera en el castillo. Por ese tiempo, me encontraba trabajando independientemente en los jardines de la ciudadela que ocupaban ayuda recibiendo una paga menor por más trabajo, pero no me quejaba porque era suficiente para seguir viviendo. Lo único que me preocupaba, era que Emmeryn-sama había estado yendo a mi casa con insistencia y aún así yo no le daba la cara después de haberle dejado mi renuncia por escrito con Teodoro.

No voy a decir que todo mejoró al dejar atrás todo lo que me unio con Chrom desde el principio, pero si estaba mejor que antes y eso era notorio. Incluso en el mercado, siempre me hacían comentarios como que me veía feliz últimamente.

— Mañana vendré a dejar lista la parte de los girasoles — me despedía de una señora con la que estaba trabajando.

— Muchas gracias por lo de hoy, nos vemos — ella también se despedía.

— Nos vemos.

Terminé yendo directamente a mi casa ese día totalmente agotada por todo el trabajo que tenía últimamente, como ya había dicho antes, no me quejaba, pero después de trabajar en el castillo me había desacostumbrado trabajar tan duro. Sólo hacia falta hacerme a la idea nuevamente y todo sería mejor.

— ¡Ahí estás!

Nada más escuché aquella voz, corri lo más rápido que pude por instinto de sobrevivencia innato, dejando la importancia de mi dignidad restablecida en dos meses en ese mismo suelo.

— ¡No vas a escapar de nuevo!

Para cuando me di cuenta, aquella persona ya me había tomado con fuerza del brazo impidiéndome escapar.

— Emmeryn-sama te está buscando, lo ha hecho por días y, ¿tú le haces la grosería de correr? — se le escuchaba enojado, como si encontrarme no le hubiera agradado en lo absoluto.

— Suélteme, por favor, Robin-sama — suplique poniendo mi mano en la suya para intentar quitar aquel agarre con desmedida fuerza.
¿Acaso no entendía que seguía siendo una chica?

— No, justo ahora la Venerable está esperando en tu casa, irás con ella a darle cara por dejarle el trabajo tirado — me dijo y tras unos segundos me encontraba siendo arrastrada por él hasta mi hogar.

— Usted puede decirle que no voy a volver al castillo, no es necesario que yo hablé con ella — le pedí, porque estaba segura de que si me presentaba con ella y me pedía que volviera a trabajar, nuevamente me vería acorralada y le diría que si al instante.

No entendía tanta insistencia de Robin, estaba segura de que él me odiaba así que era un poco arriesgado llevarme con Emmeryn-sama si entendía que yo no podía decirle un no a ella. No lo entendí hasta mucho después.

— Caroline, hasta que te encontramos — fue lo primero que dijo la Venerable para después correr a abrazarme. Me sentí muy egoísta por haberla hecho preocupar y también muy incómoda por la confianza que ella me tenía para abrazarme de aquella manera — Había estado buscandote, pero mi cuadrante estaba muy limitado, por eso traje a Robin y funcionó.

— Emmeryn-sama, no debería venir aquí, va a meterse en problemas con el Venerable — le dije de inmediato antes de que me pidiera volver para ver si funcionaba y se iba, pero me sorprendió mucho su respuesta.

— Alfonse no está en Ylisse, se fue de viaje con Chrom hace unos días.

Quise hacer como si eso no me hubiera importado cuando la verdad era que quería saber el motivo.

— Es por eso que vine, ellos no están en el castillo y los jardines están marchitandose. Necesito que vuelvas sí o sí — aquello parecía una amenaza.

— Lo siento mucho, de verdad... — iba a negarme.

— El jardín "secreto" está a punto de morir, Chrom intento cuidarlo, pero no pudo hacer nada — me sorprendió mucho escuchar esas palabras de Robin, a quien encontré recargado en el marco de la puerta con los brazos cruzados.

Utilizó la palabra "secreto" para dirigirse al jardín, cuando estaba segura de no haberlo llamado en ningún momento de esa manera frente a alguno de ellos. De hecho, las palabras de Robin a menudo se parecían mucho a las mías.

Me quedé observando al albino durante un buen rato hasta que sentí como Emmeryn-sama catalogaba mi mirada, entonces me volví de nuevo hacia ella.

— Entiendo, volveré, pero solo será hasta que el Venerable y Chrom vuelvan — condicioné a la Venerable — Después, solo iré periodicamente a revisar el jardín para que no esté en riesgo de marchitar. ¿Quedó claro?

Me atreví por primera vez a mostrarle mi lado escondido a Emmeryn-sama. En realidad parecía sorprendida, pero lo aceptó de inmediato.

— Acepto entonces — me dijo.

Poco después, ellos se marcharon de mi casa y yo me quede sola una vez mas. Me acosté temprano a descansar sin haber cenado y el pensamiento de que hacía Chrom de viaje no dejaba de abordarme.
Seguía dolida por lo que pasó entre el Príncipe y yo, pero ya había pasado tiempo y de poco a poco su sonrisa se iba haciendo nítida; no desapareció del todo, el problema es que ahora que lo habían mencionado otra vez y que sabía yo volvería a cuidar el jardín "secreto", allí estaba una vez más, y lo peor de todo, es que Robin también se encontraba ahí.

Tal como había prometido a la Venerable, al día siguiente, a la hora que antes acostumbraba llegar, me encontraba tomando mis herramientas del cuartito ese en el pasillo oscuro que tanto me daba miedo. Comenzaría con el jardin "secreto" antes que nada ya que era el más afectado.

— Buenos días — escuché de pronto.

Mi reacción fue voltear enseguida y pegarme a una de las paredes más cercanas. Escuché su risa invadir el cuartito.

— Buenos días, Robin-sama — saludé avergonzada por mi reacción. Era de esperarse, si de por sí me daba miedo el solo caminar por el pasillo — ¿Necesitaba algo? — pregunté.

— No — contestó tras pensárselo.

Era raro. Después de las palabras que me dedico aquella vez sobre dejar a Chrom en paz... además del beso. En realidad Robin era igual de raro que Chrom a su manera.

— Entonces, si me permite... — enfatice mi mirada en la puerta que él estaba obstruyendo y se hizo aun lado cuando comprendió.

Salí de ahí sin más, pero su voz me detuvo.

— A decir verdad, yo... — me voltee a verlo en el pasillo — Quiero ayudarte con el jardín.

Si digo que eso no me sorprendió, mentiría porque incluso quise ir a tocarle la frente para ver si tenía fiebre o algo parecido. Este no era el Robin que yo conocia. De ninguna manera.

Aún así, suspiré cansada.

— Después de todo lo que me dijo la última vez que estuvimos ahí... — me atreví a comenzar — ¿Después de todo eso usted quiere ayudarme?

— Solo buscaba lo mejor para Chrom — de inmediato se excusó — Ahora que no están juntos, esto y lo otro se convierte en punto y aparte.

Me quedé pensando en que tenía razón, ya que cuando se la pasaba leyendo en el jardín, no se portaba grosero, solo mantenía aquella indiferencia que le caracterizaba. Tal vez solo se preocupaba mucho por el futuro de su mejor amigo de infancia y eso estaba bien.

— Entiendo — me hice a la idea — Puede ayudarme si gusta.

Cuando las Flores se Marchitan || Chrom y Robin || Fire Emblem.Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin