capitulo 2

13 3 0
                                    

cada artista tiene su forma de expresar sus sentimientos, estados de humor y personalidad.

bailarines, pintores, escultores, músicos y una infinidad de artistas mas, considero que la vida es un arte y el solo echo de vivirla ya nos hace verdaderos artistas expertos en ella.

hablar es un arte, ya sea grotesca o refinada la manera en como lo hagas. escribir también lo es, en la escritura se puede plasmar la emoción de un personaje, darle vida a las letras les da un propósito. 

mi forma de ser artista es pintando mis sueños, no importa si muchas veces no tienen sentido, siempre rescato algunas escenas de ellos, y ni hablar de mis pesadillas, son toda una obra siniestra.

al comienzo de mi adolescencia, solía tener un cuaderno especial en el que dibujaba mis sueños y también los de mi hermano menor jhon, que cada mañana entraba en mi habitación muy entusiasmado a contarme de sus sueños solo para ver que dibujaba al final.

¿mis mayores fans? 

papá y mamá

mi padre comenzó a comprarme lienzos y pinturas a los doce años y se sentaba en el jardín junto a mi a contemplar lo que pintaba. a los quince años nació mi otro hermano menor, tyler.

era tan pequeño y tan frágil, y su carita era tan adorable, así que, como a todos mis sueños, lo plasme en el lienzo. papá no se movía y mamá no paraba de llorar al terminar mi obra 

-poesía- susurro papá.

me pagaban clases, pero mi profesor le decía a mis padres que quizá yo podía darle clases a el e incluso a sus maestros, hasta ahora aun no se si bromeaba conmigo.

mama tocaba el piano en casa todas las tardes para nosotros, y cada nota hacia que los vellos de mi cuerpo se erizarán y quise intentarlo un día, mamá se sentó una mañana a mi lado en el piano y comenzó a explicarme detalladamente la función de cada tecla y que sucedía cuando las tocabas al mismo tiempo con otras. era fantástico. y a los dos mese a pequeña clear de quince años, ya podía tocar "clair de lune" de ciccolini.

al terminar la escuela a los diecisiete llego a casa una carta. una solicitud de julliard. mis padres casi se van de espaldas y yo, bueno, deje de respirar por casi cinco minutos.

una beca completa para julliard. para la joven Clear Harrison. "prodigio artístico"

gane mucho con ese seudónimo. pronto comenzaron a contratarme para tocar  piezas en cenas benéficas y lugares importantes, pintar retratos de personas ostentosas. ganaba buen dinero, pero no estaba bien. esa no era yo.

mis padres lo entendieron. y no podían quejarse, su prodigio artístico los lleno de lujos que ellos no pedían pero merecían, soy lo que soy gracias a ellos.

*******************************************************************

por el reproductor sonaba "A mid summer night's dream" de otto klemperer.

y yo por otro lado, trazaba lineas al compás de los violines, con la misma agilidad, como si estuviese tocando uno.

escucho la puerta y la observo esperanzada de que la persona que este tras ella se vaya, no es un buen momento, pero los golpes son insistente. suelto un bufido y me levanto, camino hacia la puerta y encajo mi pincel en en el moño que tengo.

-clear... cierto?-sonrió y asiento, mi fastidio desaparece de inmediato

-daniel... no?- asiente y juguetea con un pedazo de tela en sus manos

-Klemperer?-pregunta señalando a la nada y asiento- lo escucho a veces- parece incomodo pero aun así sonríe mostrando sus hoyuelos

me imagino babeando sobre el cada vez que sonríe

-te traje algo que creo te pertenece- eleva el trozo de tela envuelto y luego lo sostiene con los dedos a la altura de su cara.

oh. por. Mozart.

era mi ropa interior rosa.

-como sabes que es mio? eso no es mio- doy una risita nerviosa y me apoyo "relajada" en el marco de la puerta, el enarca una ceja -okay si es mio- le arrebato el diminuto pedazo de tela y lo escondo detrás de mi espalda.

-eramos los únicos en la lavandería ayer así se supuse que eran tuyos- mete sus dedos en los bolsillos de sus jeans y ríe leve.

-gracias- susurro apenada

me sonríe nuevamente y pone su atención en mi cabello.

-te gotea un pincel en el cabello- señala con su dedo vagamente y le doy gracias internamente por alejar el tenso momento.

me encojo de hombros restándole importancia, ya me he bañado con pintura. literalmente.

-quieres ver lo que hago?- el asiente enérgicamente y lo hago pasar pero antes lo detengo con mi mano en su pecho muy firme. wow. mi cara vuelve a calentarse y aclaro la garganta.

-te mostrare las mías, solo si tu me muestras las tuyas luego-digo.

el levanta las cejas y es entonces cuando me doy cuenta de que lo que acabo de decir no sonó nada bien.

-las pinturas!- aclaro la garganta- me refiero a las pinturas...

-que otra cosa podría ser?- pregunta burlón. su risa es encantadora.

decido dejarlo pasar y cierro la puerta tras el.    

ROOM 323Место, где живут истории. Откройте их для себя