Cuando los padres de Anneliese deciden separarse, ella ve como su mundo se cae a pedazos. Lo peor llegó cuando su madre decide mudarse a otra ciudad y ella debe acompañarla.
Lejos de sus amigos y su familia, Anneliese debe comenzar desde cero una nu...
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Esto es horrible.
¿Cómo se supone que voy a ir a dicha pelea si estoy castigada?
Mi Madre tenía sus ojos bien puestos en mi, cuando iba a la escuela mandaba de vez en cuando mensajes preguntando si seguía en la escuela y que le enviara pruebas.
Horrible.
Esta semana ha sido horrible.
No podía salir con mis amigos, ni ir a casa sola; tampoco podía moverme por la casa porque mamá ya preguntaba a dónde iba.
Creo que exageró con su castigo, entiendo que este enojada, pero ¿Es necesario que me vigile como si fuese un preso?
Mis días solo se basan en ir a la escuela, estar en casa, hablar con Andy, hacer debes, alimentar a Donko y dormir.
Pero ahora, debía idear un plan para poder ir a la pelea de esta noche y no tenía idea de cómo iba a hacer eso.
Quizá todos tienen razón y Klaus no corra peligro alguno, pero hay algo que me asusta de esta noche. Ese Rodney no me da nada de confianza,quizá haga algo para así herir a Klaus y hacer que él se vaya de la ciudad.
Debo convencer a Klaus que no pelee, no debe hacerlo.
—Ann ¿Todo bien?—Gabi pasaba una mano frente a mis ojos.
—Si, lo siento es que estoy preocupada—miré hacia en libro que tenía abierto, pero del cual no había leído nada.
—¿Por lo de ésta noche?—asentí—tranquila Ann, creemos cuando te decimos que Klaus estará bien.
—Lo sé, pero no puedo dejar de pensar e imaginar que Rodney llegue a hacerle algo a Klaus.
Cerré los ojos e intente borrar esas espeluznantes imágenes de mi cabeza.
—No creo que pase, como fijo José ese chico no es tonto, sabe que si le pasa algo a Klaus tendrá demasiados problemas.
—Ya tiene problemas y no le interesa uno más no hará la diferencia—suspiré—Klaus es tan terco, Gabs. Le dije que no lo haga, pero no me escucha.
Ella cerró en libro y me miró.
—Ann ¿Pasa algo más con Klaus?—La miré—quiero decir, es genial que te preocupes por Klaus, pero es demasiada preocupación.
—Deja de dar vueltas, suelta lo que quieres decir.
Ella mordisqueó sus uñas.
—Solo digo que...—Miró hacia sus lados para verificar que nadie nos escuchaba—¿Te gusta Klaus?
Esa pregunta me dejó helada.
No, a mi no me gusta él. No debe gustarme, solo me preocupó como cualquier otro y si, sé que cuando estamos juntos las chispas saltan a nuestro alrededor y todo desaparece, pero es normal ¿No? Las hormonas a mi edad hacen que eso pase con todos los chicos.
