Libre serás

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Los tres jóvenes caminaban a paso lento por el denso bosque, mantenían el río a la vista para así no perder el rumbo, a fin de poder encontrar un pueblo cercano. Hiro observaba en momentos los controles que tenía en la muñeca de su guante, buscaba las señales de las reliquias en su radar, pero la extraña interferencia le impedía poder detectarlo, solo veía tres puntos en la pantalla que correspondía a ellos mismos; sostenía un ceño fruncido en su rostro debido a que su traje no respondía como debía en ese siniestro universo. Volteó a ver de reojo a Miguel y Marco, quienes conversaban de cosas sin relevancia, bromeaban de sus aventuras de adolescentes y cualquier otra tontería; si no los conociera podría pensar que son hermanos gemelos. Marco sintió la mirada de Hiro y regresó su mirada de una manera oscura y retadora, sí que no le agradaba el asiático y no se limitaba a expresarlo.

— ¿Qué tanto nos miras Hiro?... —. Marco esbozó una sonrisa sínica y burlona.

— ¿Nos estaba mirando? —. Miguel le susurró a Marco y cubrió su rostro al sonrojarse.

Hiro ignoró el comentario de Marco y siguió caminando.

— ¡Chino, te estoy hablando!.... ¿Al menos sabes a dónde vamos? —.

—Ya Marco, no lo molestes... él sabe lo que hace—.

—Ay, tu no lo defiendas, marica... Hiro, hey, respóndeme—.

— ¡¿Qué?!... ¡¿Qué quieres Marco?! —. Hiro se volteó para acercarse a Marco, le exasperaba demasiado ese latino.

— ¡Que me contestes, verga!... ¡Me caga que me ignoren, te estaba preguntando algo! —. La postura hostil y firme de Marco solía intimidar a cualquiera, sin embargo, Hiro no le tenía temor alguno. —... o estas tan perdido que te da miedo admitirlo... contesta—. Esos ojos dorados se clavaron en la mirada del asiático, le sonreía cruel y sin piedad alguna, sabía perfectamente que Hiro no sabía a donde ir.

—Marco, no lo molestes... él sabe cómo resolverlo—. Al ver al latino y a Hiro tan molestos y apunto de golpearse, Miguel intentó calmar las aguas, pero terminó por defender a Hiro; le salió natural y era más que obvio que estaba cavando su tumba con Marco, pero no podía evitarlo, ¿a quién defiendes en momentos como estos?.

— ¡No te metas! —. Marco y Hiro le contestaron furiosos para luego volver a mirarse.

— ¡No estamos perdidos, si seguimos el río podremos llegar a un pueblo! —.

— ¡ay si tu JAAJAJAJA!, Este lugar no es como la pinche tierra de los vivos, si quieres ir a un pueblo no debes seguir un río,... de seguirlo solo llegaremos a la boca de un dragón, ah pero el pinchi niño no quiere peguntar... así son todos, se creen dueños de todo... nunca has confiado en nosotros...—. Marco se cruzó de brazos, refunfuñando altanero y sarcástico.

— ¡¿Nadie pidió tu fucking opinión, y si lo sabías porque no dijiste nada?!... aparte... ¿por qué estás fuera de Miguel?, creí que tú no podías salir, como quieres que confíe si tú dices puras mentiras... creí que eras el maldito títere de Miguel, no sirves para nada—. Esas últimas palabras Hiro las dijo sin pensar, de lo enojado que se encontraba no supo medir sus palabras; hasta que notó que Marco se quedó callado para luego darle la espalda e irse a sentar a la orilla del río.

—No sé porque aguanto estas pendejadas... váyanse ustedes... yo aquí los espero—.

—Hiro... amm... eso lo puedo explicar yo...—. Miguel se acercó a Hiro, le abrazó del hombro y lo llevó a sentarse sobre una roca grande a unos metros de Marco. —Él es libre de ir y venir aquí... cuando supe que tenía los poderes del charro yo iba y venía cuando quería, visitaba mucho a mi familia en el mundo de los muertos y tenía muchas aventuras explorando ese universo tan extenso... pero surgió un problema, viajaba mucho a ese lugar y como pasaba por cambios... ya sabes, la adolescencia... y también haber viajado hasta lo más profundo... en fin, algo me pasó y la oscuridad en mí se estaba apoderando de mi cuerpo... me asusté e intenté sacarlo de mí y pues funcionó a medias jajaja... partí mi alma... pero él era muy inestable, podía controlarme muy fácil en lugares como estos, pero en el mundo de los vivos yo tenía más control... bueno más o menos, el caso es que él siempre ha soñado con ser una persona independiente, odia recordar que es un fragmento de mi... y solo en este lugar puede sentirse así de libre—.

Boleros de Soledad (Higuel)Where stories live. Discover now