Pinceladas del presente.

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El alfa gozaba con cada delicioso y dulce vaivén entre su cuerpo y el de su omega.

Le amaba tanto, no podía soltarle, llevaban casi tres días en la habitación producto del celo de su pareja.

Cuando el climax llegó, sintió como si fuera transportado a una dimensión dónde solo se podía dar cabida al placer más puro y exquisito que pudiera existir. Amaba a su omega.. No se cansaría jamás de repetirlo.

Kaede san, esa última mordida, no seas tan cruel..

-Lo sé.. Discúlpame, te mordí fuerte, no lo haré más, dejaremos que cicatrice-

Que idiota.. Sabía que estaba algo celoso por lo cumplidos excesivos que Eisuke le expresó a su omega ese día y en su propia cara, pero no podía seguir comportándose como un animal y morderle así.

Mientras lamía su cuello para aliviar y cicatrizar la reciente mordida, el alfa nuevamente comenzó a recordar años atrás cómo fue que después de tantos errores y de casi perder al amor de su vida, todo se terminó por aclarar..

Mientras lamía su cuello para aliviar y cicatrizar la reciente mordida, el alfa nuevamente comenzó a recordar años atrás cómo fue que después de tantos errores y de casi perder al amor de su vida, todo se terminó por aclarar

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Despertó con unos golpesitos en su puerta que le retumbaban la cabeza en punzadas de dolor. Con su mano tanteó hasta encontrar su teléfono y ver la hora. Era muy tarde, ¡Rintarou lo iba a matar!.

Se sentó de golpe y otro dolor punzante lo atacó.. Claro, su nariz, lo había olvidado.

Yoko..

Debía arreglar la situación, de lo poco que alcanzó a meditar ya tenía más o menos claro lo que debía hacer para recuperar la confianza de la omega de sus sueños.

Los golpesitos en la puerta continuaron, y con mal genio fue a abrir.

Al parecer Katsumi sama había mandado a despertarle, por lo que se apresuro a agradecer y a despachar a la empleada para poder asearse y empezar su día.

Con solo pensar en todo lo que debía hacer.. una fuerte arcada le sobrevino, el alcohol que bebió anoche le había caído pésimo.

Una vez arreglado y fresco llegó a la clínica, y ésta vez estaba casi seguro que Rintarou se encontraría en verdad molesto.

Una vez arreglado y fresco llegó a la clínica, y ésta vez estaba casi seguro que Rintarou se encontraría en verdad molesto

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Tu omega de mentira. Where stories live. Discover now