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Se habían quedado dormidos tan tranquilos sin importar nada, Tony llegó con Pepper y Jacob al hospital para ver a la pelinegra. Cuando abrió la puerta casi se desmaya, no estaban haciendo nada malo solo estaban dormidos abrazados.

Pepper sonrió tierna y se abrazó del brazo de su prometido que estaba a nada de ir con Peter para aventar lo de la camilla, nadie tocaba a su princesa. Jacob sonrió y se acercó a la mesita a lado de la camilla para dejar las flores que compraron, beso la frente de su prima cómo saludo y en respuesta está se comenzó a mover despertándose.

Abrió sus ojos y los volvió a cerrar por la luz del sol que estaba muy fuerte miró a sus lados y sonrió al ver a Peter pero escucho una tos falsa y de inmediato se giró a ver a la entrada, su papá con los brazos cruzados pero aún siendo abrazado por Pepper que tenía aún la sonrisa tierna mientras que Jacob miraba todo con diversión.

— buenos días primita – saludo con su sonrisa burlona
— buenos días – sonrió inocente a su padre y a los demás

Peter se despertó con una sonrisa que se esfumó al ver la seriedad de Tony causando que se levantará con rapidez de la camilla, el rubio no aguantó y soltó una carcajada al ver las reacciones de todos.

Tony solo negó y se acercó a besar la frente de su hija saco su celular y le mostró los resultados médicos de su corazón el cual está reaccionando a la perfección.
Alexandra iba a dar un brinco de victoria pero Tony la tomo de los hombros antes de que lo hiciera, la miró serio y negó, mini Stark sonrió inocente y se acomodó bien en la camilla.

3 semanas después.

Tony miraba el camino de la carretera con un silencio cómodo, los árboles solo se veían pasar con rapidez así como el tiempo también lo estaba. Miró de reojo a su lado derecho, su princesa de diesisiete años que leía con tanta atención, su mente le trajo muchos recuerdos, cuando se enteró que Emma estaba embarazada, cada momento del embarazo, cuando se enteraron que sería niña, el recuerdo con más adrenalina fue cuando Emma estaba por empezar a labor de parto.
Una sonrisa se dibujó en sus labios, eran los mejores recuerdos que tenía pero el mejor fue cuando nació su pequeña hija, tan pequeña y frágil que juro siempre proteger, ver a sus dos mujeres en el lugar y no poder evitar soltar las lágrimas.

Quitó una mano del volante y con disimulo se quitó una lágrima que le salió y sonrió, se quedaba con los bellos recuerdos de su primer amor. Miró la mano de su hija desocupada y las entrelazó asustando a su hija que después sonrió y siguió leyendo pero no pudo evitar ver a su papá que sonreía, sabían ambos que andaban por los lugares más llenos de recuerdos de Emma.

Qué maravilloso es que nadie necesite un solo momento antes de comenzar a mejorar el mundo. – le termino de leer una estrofa de su lectura – desde sus pensamientos Ana Frank – miró a su papá y cerró el libro

Tony sonrió y comenzó a bajar la velocidad al llegar a su destino poniendo la canción favorita de Emma, I'm Still Standing

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Tony sonrió y comenzó a bajar la velocidad al llegar a su destino poniendo la canción favorita de Emma, I'm Still Standing.

Emma siempre dijo que esa canción sería de ellos, le ayudo cuando los padres de Tony tuvieron el accidente, pasaron tantas cosas juntos y siguieron de pie, nunca calleron.
Alexandra miró la casa con nostalgia, pasaron tantas cosas, tantos recuerdos y el primero en llegar a su mente fue su madre.

Ambos bajaron del auto, Tony estaba satisfecho con el trabajó, esa será la casa de su hija algún día donde tendrá su familia y esperaba poder ver aquello con una sonrisa.

La casa de Malibú estaba ahí de nuevo, no la mansión del gran Tony Stark, era la casa que tenía Tony con Emma y que poco a poco se convirtió en la mansión. Estaba la casa que Emma siempre quiso, donde se creó la familia que tanto María Stark quería para su hijo, lo que Howard quería para su hijo.

Alexandra se acercó abrazar a su papá por la cintura y apoyar su cabeza en el pecho de el mayor y este besar la frente de su hija y abrazarla por los hombros.

— estamos en casa – murmuró con una sonrisa la pelinegra
— si princesa – sonrió – hay que entrar ¿no crees? – aún abrazados caminaron hacia la casa

Tony saco las llaves y la abrió dejando a paso a su hija que se separó de el para ver la casa, sus ojos se aguadaron al ver una fotografía de sus padres juntos en la casa que era ahora.

Se adentraron más a la casa era espaciosa pero tenía ese toque hogareño y realmente ambos sentían la presencia de Emma.

Había muchas fotografías de los tres, por que esa siempre fue su casa.
Alexandra seco las lágrimas que le salieron y de su bolso saco un cuaderno pequeño y busco entre las hojas una dirección, cuando la encontró le pasó el cuaderno a su papá, ella también le tenía una sorpresa.

Stark le dio una mirada a su hija que se encogió de hombros con una sonrisa, miró el cuaderno y soltó una risita nerviosa.

Amanda Armstrong
Los Ángeles, California estudio radio nuevos talentos, calle #287.

Levantó la mirada del cuaderno para mirar a su hija que lo miraba con media sonrisa.

— es mi abuela – dijo acomodando su cabello – en el tiempo que te fuiste me puse a investigar – jugó con sus dedos – tuve ayuda claro – reconoció mirándolo – pero eso fue lo que encontramos, de mi abuelo solo supe su nombre Jude y que ya no está en esta vida – hizo una mueca – tú me acabas de dar el mejor regalo de todos – Tony negó cerrando el cuaderno – y no es precisamente la casa – le sonrió – ese es tu regalo del día del padre

Stark se le pusieron cristalinos los ojos no sabía que hizo para merecer a su hija, pero sabía que era y es el mejor regalo que pudieran darle en años, su hija le era todo.

Siempre sería su mejor regalo, su más preciado tesoro.

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