Extra #2

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-¿Sesión de estudio?-Verónica observaba a su mejor amiga guardar sus libros en el casillero.

-Eso mismo, Vero-Alison respondió rodando los ojos.

Estaban en pleno pasillo, era la última hora de clase. Verónica intentaba convencer a su mejor amiga que la acompañara a su casa esta tarde. Alison se había negado, en este mes matemática comenzaba a dificultarse y, a pesar de ser inteligente, quería quedarse unas horas en la biblioteca repasando las clases de la semana. La latina quería tener una noche de películas, pero la rubia insistía en tomar la tarde para los estudios.

-¿Y en donde piensas estudiar?-la chica de ojos miel hizo un mohín.

-En la biblioteca, Vero-al ver los ojos confundidos de su amiga le sonrió divertida. - Si no sabes, es una habitación con estanterías y mesas en donde hay una gran cantidad de libros...

Verónica la detuvo, alzando la mano frente el rostro de la rubia, torciendo la boca un poco ofendida.

-Se lo que es una biblioteca, Ali-bufó al escuchar la risa de la rubia.

-¿Entonces?

-Me refería ¿No podrías estudiar en mi casa? Es lo mismo-la latina alzó los brazos.

Alison negó suavemente con la cabeza, colgándose la mochila del hombro.

-No podría concentrarme.

-¿Y porque?

-¿Tú me dejarías estudiar en completo silencio y sin hablarme una sola vez en toda la tarde?-le dijo alzando una ceja, Verónica mantuvo la boca cerrada.-¿Ves? Prefiero ir a la biblioteca.

Verónica aceptó a regañadientes, alegando que aquella tarde planeaba comer un gran razón de helado de fresa y galletas, sin ella.

La rubia sintió una lagrima caer, ella también quería helado y galleta, pero a duras penas acepto su destino y fue pesadamente esa tarde a la biblioteca. Planeaba vengarse de Verónica Iglesias, tal vez encerrándola en su baño mientras Alison comía una caja entera de pizza al lado de la puerta.

Sonrió más animada por su malvado plan.

Esperaba pasar unas horas tranquilas, en estos días no muchas personas acudían a la biblioteca así que estaría prácticamente sola.

Al llegar a la entrada sintió que su corazón le subía a la garganta, como un acto reflejo se ocultó detrás de la puerta, respirando rápido. Cuando ya estaba levemente calmada, aspiró profundo y asomó la cabeza para observar nuevamente. En unas mesas más lejos estaba Emily Fields, de espaldas, pero Alison podía reconocerla. Por la ropa que llevaba ese día, unos jeans blancos y un jersey. Se preguntaba en qué momento le había tomado importancia a lo que vestía Emily, y eso que solo la había visto una vez en el día.

Alison sintió la tentación de irse, estudiaría otra tarde y así comería helado en casa de su amiga. Todo perfecto. Pero ella quería estudiar, no se iba a privar de hacerlo solo por qué la tonta de Emily Fields estaba en la biblioteca. Bastaría con ignorarla y ya, no tenía por qué sentirse cohibida por ella de todas formas. La perdedora era la ojimarron, no ella.

Con la barbilla en alto y la espalda recta, para mostrarse segura, fue hasta una de las mesas junto a la ventana. En ningún momento observó a Emily, no le daría la satisfacción de que la chica de ojos chocolate fuera consciente de la atención extra que le daba la rubia. Con orgullo abrió su libro de cálculo y empezó a estudiar, anotando las fórmulas.

Pasaron dos horas, Alison era plenamente consciente de la presencia de Emily a unas mesas frente a ella, pero aun así no había levanto la mirada del libro ni una sola vez.

Rivales (Emison)Where stories live. Discover now