You are the only one. (One Shot's) -Romanogers- EN EDICIÓN

Caricias inocentes. Ptt. II

+18, escenas sexuales durante todo el capítulo.

Steve, antes de llegar a pensar en sus principios sobre las chicas, ya se encontraba besando a la pelirroja nuevamente. Levantó una de sus manos llevándola al cuello de la chica haciendo que esta no puediera separarse de él, luego, movió sus labios lentamente, pasó su lengua por el labio inferior de Natasha y sintió una corriente eléctrica recorrer su cuerpo, se separó sólo unos centímetros pero no pasó mucho tiempo cuando le robó un beso de otros cinco segundos.

Natasha obviamente no se negó al beso. Sus carnosos labios se unían perfectamente bien a los de su compañero. Poco a poco se fue sentando hasta posicionarse a horcajadas sobre él, intensionando el beso. Con ambas manos cogió el rostro de Steve y aplicó más presión en ambos. Natasha sonrió en medio del beso, lo cual ocasionó que Steve la imitase.

El soldado con sus manos se echó un poco para atrás quedando sentado, se recostó en la cabecera de la cama y volvió a poner sus manos en la cintura de Natasha. Sintiéndose un poco nervioso por primera vez en un buen rato, se atrevió a meter sus manos por debajo de la camisa de la pelirroja, sin embargo no buscaba levantarla o bajar más de lo debido, solo dejó sus manos quietas mientras correspondía gustosamente aquel beso. Al pasar los minutos mordió suavemente el labio inferior ajeno tirando suavemente de este.

Natasha no pudo evitar soltar un jadeo cuando Steve le mordió el labio inferior. La rusa, ni corta ni perezosa, comenzó a realizar pequeños movimientos rozando su zona íntima con la de Steve, mientras seguían besándose. Las manos de Steve bajo su camiseta le hacían perder el control. Se sentía completamente activa, y lista para avanzar. Estaba conociendo la faceta más privada de Steve y no se permitiría lastimarla. Con una de sus manos, comenzó a acariciar el cabello del americano, desordenándolo un poco. Luego, lo jaló ligeramente del cuello de su camiseta, obligándolo a besarla más intensamente.

Rogers ladeó un poco la cabeza para poder profundizar más el beso. Fascinado por el jadeo de la espíaz no dudó en volver a morder su labio inferior pero esta vez con un poco más de fuerza, al mismo tiempo pasó sus manos a la cadera de Natasha, apretándolas para hacer presión entre las zonas íntimas de ambos. Cuando pasó algo de tiempo de estar besándose se separó para poder recuperar el aire perdido, pero no tardó en meterse en el cuello de la pelirroja donde empezó a dejar varias mordidas y chupones.

Cuando Steve volvió a morder su labio, ella jadeó un poco más fuerte y mordió el suyo de vuelta. La espia estaba totalmente fascinada y no podía pensar bien. Cuando Steve puso sus manos en su cadera, haciendo más presión entre las zonas de ambos, Natasha no pudo evitar soltar un pequeño gemido acompañado de movimientos más pronunciados para estimular a su compañero. Cuando Steve comenzó a besar su cuello (una de las zonas más sensibles de su cuerpo) la rusa comenzó a tirar de la camiseta de Steve un poco fuerte, para luego quitársela.

El rubio al notar la sensibilidad que tenía la chica en esa parte de su cuello no dudó en hacer un camino de besos húmedos, sus labios empezaron a tornarse un poco rojos por estar haciendo los chupones en el cuello ajeno. Sin apartarse del cuello de la rusa cambió de posiciones quedando encima de ella nuevamente, con sus manos agarró las piernas de Natasha suavemente haciendo que esta las enrollara en su cintura para así poder quedar entre las piernas de Nat. Después de dejar el cuello de su compapera bastante marcado volvió a los labios de la pelirroja sin dudar ningún segundo en empezar a besarlos con mucha lujuria y deseo, tiró un poco de su labio inferior para de esta manera hacer que abriera un poco más la boca y asi poder pasar su lengua a la de Natasha y poder intensificar muchísimo más el beso. Acto seguido a esto, al eplirroja hizo bastante presión entre sus zonas intimias, haciendo gruñir a Steve suavemente ya que no lograba satisfacer la erección que ya se encontraba en su entrepierna.