XVI

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Ya no vale la pena pedir perdón

ni buscar inútiles soluciones

al amor qe se ha declarado en llamas.

Porque ya nos hemos hecho a destiempo,

porque ahora bailamos canciones diferentes,

porque yo siempre he tenido vértigo

y porque él es el peor de los precipicios.


He aprendido a perdernos

como si no fuera imperdible;

como si luchar por él no significara perder la guerra.

Se ha proclamado ciudad de batalla de la que quiero huir.


Le habría creído para siempre.

Y le habría querido para siempre

por inconsciente,

por kamikaze,

por torpe,

por ilusa,

por canción,

por salida de emergencia,

por necesidad,

por enfermedad,

por irresponsable,

por rebeldía,

por vencida,

por cabezota

y, sobre todo, por amor.


Pero la intención es lo único que cuenta.

Y yo nunca pude contar con la suya.

· La Danza de los Versos ·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora