M I L I P I L I ~ CRO

Quería hablar con ella.

~Cuando me alejo, lo único que pienso es en volverte a ver. Y la paso muy mal, se me van los días extrañándote~

•Narra Tomás.

Sostengo mi vaso de whisky, tomo un trago de aquella bebida que cada vez me hace darme más cuenta de lo que realmente quiero.

¿Cómo había terminado así? Con un mal gusto en la boca, sabor frustración.

Pienso mientras hago una seña al barman, siguiente ronda.

Dejo el vaso y agarro el siguiente: un Margarita.

Degusto aquel trago y vuelvo a pensar en ella, ¿Que hago así? Una chetita, una idiota, esa que lastimó a mis hermanos.

Dejo sobre aquella madera obscura, la copa que hace unos segundos vacié.

Coloco sobre mis labios aquella pieza de arte que está apunto de dejarme volar un rato. Y prendo el fuego.

"Me lo quiero garchar" esas palabras retumban en mi cabeza y dejan en mi un rastro de ¿Celos?

Dirijo mi vista al teléfono para mirar la hora 04:20, 11 llamadas perdidas "Cazzuuu".

Realmente, me importa una mierda.
El fuego consume mi amante de tantas noches y me dirijo al barman, pido un Jack Daniels para coronar, el final de una noche más.

Pago el total, y me voy en la moto.

Llego al departamento, está sólo y obscuro, como la noche que estoy viviendo.

Me siento en el sillón, me planteo una última vez lo que estoy a punto de hacer.

Agarro mi teléfono y busco entre los contactos, ese número que anoté el día de aquella última llamada.

Llamando - Evita.

- Hola? Quién habla?- pronunció una voz masculina familiar.

Hago una pausa, no sé qué contestar.

-Alejo, ¿Que hacés atendiendo mi teléfono?

Llamada finalizada.

~~~o~~~

Despierto y miro a mi lado, solo yo estoy acostado en esta cama.

Me levanto, voy a la cocina y pongo la pava.

Me siento a pensar.

¿Por qué la llamé? Si no debería tener nada con ella, si estoy con Juli, si lastimó a los míos.

¿Por qué contestó Alejo? Creía que ellos no hablaban, y es muy traidor de su parte.

"Me lo quiero garchar" esas palabras llegan a mi cabeza y la revuelven nuevamente.

El ruido de la pava me saca de mis estúpidos pensamientos.

Me levanto, busco mi taza, coloco el filtro sobre ella y tiro sobre el varias cucharadas de café. Vuelco el agua caliente sobre aquello, espero a que pase por su recorrido y termine llenándose de ese sabor amargo que me encanta al despertar.